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De vuelta a nuestras raíces

Pamela Ahumada descubrió el telar por una amiga que la invito a tomar unas clases. Al comienzo la idea le pareció un poco fome, poco llamativa, pero una vez que empezó… simplemente se maravilló. “Vi que había un mundo por crear, me di cuenta de mis habilidades, mis capacidades y encontré en el telar mi espacio, un mundo donde podía relajarme y expresar todo lo que sentía por medio de una obra. Después de eso nunca más paré, seguí tomando cuanto curso pude, tanto en Chile como en el extranjero”, recuerda quien hoy es una reconocida artista del telar y también maestra.

Sus primeros pasos como profesora de esta disciplina, los dio en el Centro Arte 59, donde permaneció dos años. Hoy imparte clases en su propio taller en Las Condes.

¿Cuál es tu objetivo como profesora de telar?
Lo que me motivó a enseñar es que no se pierda la tradición, y que esta ancestral técnica se pueda seguir transmitiendo de generación en generación. También me interesa que cada alumna pueda canalizar, volcar sus aptitudes creativas y artísticas en una obra.

¿Tus talleres son para principiantes o requieren conocimiento previo?
Son para personas con experiencia o sin ella. Para quienes no saben, parto de  cero, enseñándoles a urdir y a tramar. Luego -de a poco- vamos incorporando los puntos que tienen menor dificultad, hasta llegar a los más complejos. Revisamos la combinación de colores, formas y diseño; así como el manejo de bordes y tensiones, terminaciones y montaje. Para aprender a tejer lo básico se requiere un mínimo de tres meses, pero la mayoría de las alumnas se queda mucho más para dominar bien las técnicas.

Quienes ya saben tejer, en general, vienen para aprender nuevos puntos y perfeccionarse en esta tradición.

En un mundo cargado de obligaciones y estrés, ¿qué beneficios tiene este trabajo?
¡Mmm… muchas! Asistir a un taller de manualidades tiene muchos efectos positivos, y en particular un Taller de Telar.  Primero, aprendes una técnica que te permite crear y sacar a esa artista que cada cual tiene por ahí. Y con lo creado embellecer algún lugar de tu casa o regalarlo, como un obsequio singular, cargado de tu propia personalidad. También se puede ver el telar en forma más práctica, como una  oportunidad de trabajo, e incluso desde esta perspectiva, el hecho de vender o regalar algo que hiciste con tus propias manos, ya te produce emociones positivas, un poquito de felicidad.

Mientras continúa tejiendo en su taller, Pamela comenta que seguir un taller de este tipo tiene un efecto interesante en la interacción entre alumnas. “Se generan instancias de compañerismo… nace un cierto sentido de pertenencia, de amistad… de contención, para contar y compartir experiencias, incluso conversar de los problemas de la vida… de cada persona, sus familias. Es un ambiente muy enriquecedor. Es un espacio de relajo, que te acoge, distrae, despeja… así te renuevas y logras manejar de mejor manera, algunas situaciones estresantes de la vida”.

La artista

Como creadora, ¿qué es lo que buscas transmitir con tus obras?
Es una forma íntima de expresión en la que busco principalmente un valor estético, la belleza y la armonía que se logra combinando el color, con la materialidad, las texturas… busco calidez y trato de hacer diseños nuevos, que no sólo puedas poner en una casa de campo o en la playa, sino también en el living de tu casa, incluso en una oficina, en una recepción… y para que sea más universal e innovador, haciendo telares con diseños más contemporáneas, dejando un poco de lado la lana de oveja, utilizando otras fibras como el lino, diversos géneros y retazos, incluso… papel de diario.

Respecto al telar, ¿trabajas con un sistema clásico o con aparatos nuevos?
Utilizo todo tipo de telares, desde una reja a la que le amarro un palo arriba y otro abajo… lo más básico y rudimentario, pero también uso un telar con clavos, que es mi predilecto, hasta el Telar María, que te permite tejer piezas mucho más rápido. Todo depende del tipo y tamaño del trabajo a realizar, y de su materialidad, para elegir el tipo de telar más adecuado en cada caso.

¿Hay alguna tendencia que se esté imponiendo en el arte del telar?
Hay una tendencia a volver a nuestras raíces, a lo simple, a lo natural. Pero también me gusta estar experimentando con distintos tipos de materiales, como los diarios, retazos de cuero, diversos géneros, cables de luz que a veces están botados en el piso, hilos, lanas y fibras de todos los tipos. Y con todo ese material… logro hacer una pieza única e irrepetible. ¡Eso es lo que me fascina!

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Fotografías: gentileza de Daniel Corvillon

Más información: contacto@lanacontralana.cl / +56 9 53965504 / www.lanacontralana.cl / Descuento del Club de Lectores de El Mercurio

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