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Hay un estado de distanciamiento dentro de este encierro muy fuerte…

Ocho de cada diez parejas están presentando grandes conflictos producto del encierro y no se están dando el tiempo para conocerse y solucionar estos problemas. Saber perdonar, compartir, aprender e incluso meditar juntos, es parte de la guía que nos entrega Fabiola Escobar, Experta en Programación Neurolingüística. 

“Hay problemas, desencuentros y estamos enfrentando una mayor cantidad de consultas. Si bien hay quienes ven el encierro como una oportunidad y se han reencontrado, hay otros que se desencontraron y entre quienes yo atiendo, de diez parejas, ocho están con conflictos sin resolver. El estado actual es agresivo, de maltrato, hay un distanciamiento dentro de este encierro muy fuerte, muy intenso y la emoción más negativa es el desagrado y la más fuerte es la rabia”, dice Fabiola.

Tomando como base la Programación Neurolingüística, la terapeuta entrega algunas pautas que pueden ayudar en esta etapa, para no llegar a un quiebre definitivo:

Viajar a los recuerdos lindos y positivos. Encontrar esos momentos donde hubo semejanzas entre las dos personas, que fue lo que nos conectó cuando nos conocimos, valores, intereses, risas, el humor, simpatía, conocimientos en común.

Evaluar el rechazo. Ver qué es lo que me pasa con el otro, por qué me cuesta aceptarlo. Definir lo que me cuesta aceptar, si subió de peso, si está consumiendo mucho alcohol; antes era amoroso, ahora es enojón.

Identificar una cualidad junto con algo negativo. Si veo algo negativo, balancearlo con una cualidad e ir reforzando esto diariamente.

Poder perdonar. Analizar por qué nos cuesta tanto perdonar.

Aceptar. Por qué nos cuesta tanto aceptar esta nueva realidad y los cambios que ha experimentado mi pareja.

Repartir las labores. Por qué me cuesta tanto como hombre realizar las labores del hogar y reclamo tanto por eso. Por qué se molesta, descubrir lo que me altera y evitarlo y entender que es sólo porque no lo tengo aprendido. Lo mismo en el caso de las mujeres que antes de esta pandemia, tenían ayuda y no hacían las cosas del hogar.

Aprender a hacer las cosas que no hacían antes. Aprender a cocinar, a limpiar, a lavar la loza. No hay nada negativo en aprender nuevas cosas, todo nos servirá.

Compartir. Entender qué es una familia, que estamos compartiendo nuestra casa, nuestros hijos, el aseo, la cocina. Estamos juntos para compartir y aprender.

Realizar una meditación juntos. Antes de dormir, hacer este ejercicio es muy beneficioso, relaja y puede incluso producir una conexión física más allá de la mental.

“Lo que más les afecta a las parejas que hoy viven juntas en el confinamiento, es la mala administración del espacio y de los tiempos. Los que están más complicados son quienes tienen niños y deben enfrentar los problemas que se generan con ellos. Deben trabajar y ser padres, no tienen quién atienda a los niños y además se cambian los horarios. Esto ha generado tanta rabia y peleas, y hay situaciones muy delicadas, porque no tienen tampoco el apoyo de sus padres o familiares producto de la pandemia”, manifiesta la profesional. 

Fabiola Escobar señala que, si bien en un principio partió todo muy cómodo, por estar en la casa y no tener que salir al trabajo ni exponerse al contagio, lo cierto es que nadie imaginó que esto duraría tanto y, por eso,  los problemas se han ido agudizando.

Más información www.fabiolaescobar.cl

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