HomeTENDENCIASSALUD30% de las in...

30% de las infecciones hospitalarias comienzan en el quirófano

Cuando la herida no cierra: la cara B de operarse. Imagínate esto: pasaste por una cirugía —puede ser una cesárea, una intervención de vesícula, o incluso una estética— y en lugar de mejorar, tu recuperación se estanca. La herida no cierra como debería, empiezas a sentir molestias, quizás aparece enrojecimiento, secreción… y el tiempo en cama se alarga más de la cuenta. No eres la única.

En Chile, hasta un 30% de las infecciones hospitalarias reportadas se originan en cirugías, según cifras del Ministerio de Salud. Y muchas de ellas se deben a heridas que se complican, se infectan o, simplemente, no cicatrizan como deberían.

Este fenómeno, conocido como heridas quirúrgicas de difícil manejo, puede duplicar tus días en el hospital y aumentar hasta en un 50% los costos de atención. Pero más allá del bolsillo, el golpe emocional y físico no es menor.

¿Qué son estas heridas complicadas?

No estamos hablando solo de una herida fea o de cicatrices que tardan en mejorar. Las heridas de difícil manejo son lesiones que se “quedan pegadas” en la fase inflamatoria del proceso de cicatrización. A veces se infectan, a veces no cicatrizan bien por otros factores: mala circulación, diabetes, estrés, uso de ciertos medicamentos o simplemente porque no se les dio el cuidado adecuado en casa.

¿El resultado? Más días postrada, más antibióticos, más visitas médicas… y en los peores casos, reintervenciones, amputaciones o secuelas permanentes.

Y no olvidemos algo clave: este tipo de complicaciones también afecta emocionalmente. Ansiedad, frustración, aislamiento social y hasta pérdida de autonomía son parte del combo.

La ciencia al rescate: nuevas terapias para sanar mejor y más rápido

Hasta hace poco, las heridas postoperatorias se trataban con limpieza, apósitos antimicrobianos y mucha paciencia. Pero hoy hay tecnología de punta que está cambiando el juego. Y sí, puede sonar a ciencia ficción, pero no lo es.

Una de las más prometedoras es la Terapia de Presión Negativa (TPN), que básicamente usa un sistema de succión suave para limpiar la herida, mejorar la irrigación sanguínea y estimular la regeneración del tejido. Pero eso no es todo.

Existe una versión aún más avanzada: TPN con instilación automatizada, como la tecnología 3M V.A.C.® Veraflo, que además de succionar, aplica soluciones tópicas (como suero fisiológico) de forma controlada para limpiar a fondo sin dañar la piel.

¿Y funciona?
Según un metaanálisis del investigador Allen Gabriel, esta técnica:

Reduce en un 43% el tiempo de cicatrización
Disminuye un 13% las infecciones
Baja en hasta 50% los costos hospitalarios

Nada mal para una terapia que no es invasiva y que se puede aplicar de forma controlada, ¿no?

¿Todas podemos acceder a estas tecnologías?

Aquí es donde viene la parte que no nos gusta tanto: no siempre están disponibles para todas. Este tipo de tratamiento necesita una evaluación médica, un diagnóstico claro y que el hospital esté capacitado para usarlo. Además, no reemplaza al tratamiento clásico, sino que lo complementa.

“La clave está en combinar conocimientos y evaluar cada caso con criterio clínico. Hay heridas donde lo más básico, bien hecho, puede ser más eficaz que lo más sofisticado”.

Sandra Inzunza, enfermera especialista de Solventum

En resumen: no todas las heridas necesitan tecnología de última generación, pero hay casos en los que puede marcar la diferencia.

¿Qué podemos hacer nosotras?

Ya sea que hayas pasado por una cirugía o estés por hacerlo, prevenir siempre será mejor que curar. Aquí van algunos consejos:

  • Sigue al pie de la letra las indicaciones postoperatorias.
  • Observa tu herida todos los días: si cambia de color, duele más, o supura, ¡consulta!
  • No subestimes el dolor o la fiebre post cirugía.
  • Mantén hábitos saludables: buena alimentación, higiene y movimiento (cuando sea posible).

Y si te ves enfrentada a una herida que no mejora, pregunta por las alternativas más avanzadas disponibles en tu centro de salud. Porque tener opciones y estar informada es también parte de tu recuperación.

Las heridas que no sanan no son solo un tema estético o una “mala racha” post cirugía. Son un problema real que afecta a miles de mujeres en Chile cada año, con consecuencias físicas, emocionales y económicas. Por suerte, la medicina avanza, y hoy existen terapias que pueden acelerar el proceso de cicatrización y reducir riesgos, si se aplican a tiempo y de manera adecuada.

Porque sí: una herida puede cambiar tu vida… pero también puedes cambiar la historia de esa herida si actúas con información, atención y apoyo.

¿Te operaste recientemente o conoces a alguien que esté en proceso de recuperación? Comparte este artículo, puede ser justo la guía que necesita

spot_img
spot_img
spot_img