Una vez que llega el horario de invierno, cumplir con tu rutina de ejercicios se vuelve todo un desafío. Afortunadamente, hay días que llegan más luminosos -son los menos-, pero con días grises, más fríos, resulta fácil que la modorra nos haga perder la rutina deportiva porque si incluso el plan era sudar dentro del gimnasio, también que hay que salir para llegar allí. ¡Que no te venza la flojera en invierno! Estar activa te ayudará a mantener un buen peso corporal y, si quieres más y mejores motivos para entrenar cuando el frío te paralice, te comentamos que la investigación publicada en The American Journal of Psychiatry encontró que tan solo una hora de ejercicio por semana, también puede ayudar a combatir la depresión y el trastorno afectivo estacional durante estos días más fríos y más oscuros.
Dejamos algunas estrategias y consejos respaldados por el instructor Charlee Atkins, CSCS, fundador de Le Sweat (comunidad norteamericana de fitness y lifestyle), para combatir las pesadillas de los entrenamientos invernales. No olvides empezar cada ejercicio con estiramientos dinámicos, para ayudar a que tu cuerpo se caliente y evitar lesiones.
Programa tus ejercicios. Al igual que en la preparación de comidas, Atkins dice que una de las maneras más fáciles de asegurarse de mantenerse en el camino durante el invierno es sentarse el domingo por la noche y marcar los días en los que vas a hacer ejercicio. Al escribirlos, eliminas el factor “quizás” y los conviertes en definitivos. Incluso, puedes ir un paso más allá y escribir exactamente cuáles ejercicios quieres hacer, lo que puede ayudarte a ahorrar tu tiempo. “Una sesión de gimnasio no tiene que ser de una hora”, explica Atkins. “Puedes hacer ejercicio en 30 o 40 minutos si entras y sabes lo que quieres hacer”.
Regístrate para un desafío. Sé responsable al participar en un desafío semanal en tu gimnasio y prueba un desafío de tu banda de salud (Fitbit) o asiste a un programa semanal. Al tener un objetivo diario o de siete días, estarás más motivado a mantenerte en el camino. Además, si puedes ver a tus amigos y familiares ponerle empeño, es menos probable que te vaya mal.
Usa post-its. Utiliza emociones pasadas, buenas o malas, para inspirar acciones futuras. “Ya sea que estés inspirado en lo alto de un corredor o molesto por haber perdido un entrenamiento, expulsa tu energía en un post-it y úsalo para ponerte en marcha”, propone Atkins. Deja post-its en tu espejo para motivarte y recordarte cómo te sentiste cada vez que te fue muy bien en un entrenamiento o te saltaste uno y se sintió fatal. “Cada escenario puede ayudarte a que empieces a comenzar a sudar”, dice Atkins.
Solo ve. Llegar ahí es la parte más difícil, dice Atkins. Habrá algunos días en los que simplemente no tienes ganas de ir al gimnasio o a correr. Hazlo de todas maneras, incluso, si tienes que modificar tus planes originales. No solo te sentirás mejor una vez que termine tu entrenamiento, sino que al mantenerte en el rumbo de tu rutina, es menos probable que te retires en tus futuras sesiones de ejercicio. “Si puedes comprometerte con tu salud y estar activo, aunque sólo sean 30 minutos al día, tu cuerpo y tu salud te lo agradecerán, especialmente cuando llegue el verano”, finaliza Atkins.