Durante el último tiempo, muchos niños han presentado bastante preocupación y miedo sobre un sinfín de cosas; la pandemia no les resulta ajena. En algunas oportunidades, han comenzado a manifestar ansiedad y los progenitores muchas veces no saben cómo ayudar a disminuirla. Ansiedad en pandemia, ¿cómo podemos identificarla y abordarla, para que no siga aumentando?
Lo primero que tenemos que entender es que esta es una emoción, que puede ser normal dependiendo el contexto y funciona como forma adaptativa, por ejemplo, en situaciones que son estresantes es normal sentir ansiedad. La dificultad está cuando esta ansiedad comienza a mantenerse en el tiempo y perjudica nuestra vida diaria, imposibilitándonos a hacer diferentes cosas. Por lo tanto, sentir ansiedad en el contexto que nos encontramos es más común de lo que pensamos.
Indicadores de ansiedad en los niños. Enojo, irritabilidad, problemas para dormir, dolores de cabeza, de guatita, son alertas. También pueden comenzar a sentir miedo, que puede ser de algo específico o que les pase algo a sus padres, o que se enferme algún familiar. Estos miedos son comunes en los niños, pero si se intensifican, hay que poner atención sobre todo en la situación que nos encontramos.
¿Cómo prevenir?
Una de las formas que recomiendo para evitar la ansiedad en los niños son las actividades lúdicas, donde los pequeños puedan poner a prueba su creatividad; el ejercicio físico les permite también poder movilizarse y liberar energía, por ejemplo, ver videos de baile y havcer rutinas o escuchar música. Mantener a los niños realizando diferentes actividades dentro de casa permite desviar la atención y que tengan su foco en las tareas o juegos. El aumento del uso de la tecnología puede generar que se pongan más irritables por la falta de ejercicio físico, generando estrés en ellos.
Entregar a nuestros hijos un mensaje claro como cuidadores
Lo primero y fundamental es respetar y empatizar con los niños frente a la ansiedad que ellos sienten, que entiendan que los comprendemos y contenemos. Hay que conversar sobre el tema y que ellos manifiesten las cosas que le están generando miedo e incomodidad; de esta manera, se podrán buscar otras formas de trabajar y tolerar esta ansiedad. Para esto, hay que tener siempre en consideración la edad de nuestros hijos porque hay que adaptar las herramientas de ayuda a su realidad.
Es importante estar conscientes que evitar un tema difícil o evadirlo solo generará que el malestar del niño continúe y aumente, es fundamental abordarlo. Hay que prestar atención a los comportamientos de los niños, algunas veces, ellos solo expresan físicamente. Atención también en el contenido de lo que están jugando, en ocasiones, los pequeños no saben cómo manifestarlo en palabras, pero sí se puede recoger información valiosa de sus juegos.
Por: María José Cuéllar H. Psicóloga Clínica