El cáncer de próstata es la segunda causa de muerte por cáncer en Chile. ¿Cuándo debo visitar al urólogo? Esto es fundamental desde los 45 años, dado que es la única forma de diagnosticar precozmente y en etapas tempranas no da síntomas, explica el jefe de Urología y director del Centro de Cirugía Robótica de Clínica INDISA, Octavio Castillo.
La urología es una especialidad médico-quirúrgica que trata las enfermedades del aparato urinario, tanto de hombres como de mujeres, así como todo lo relacionado con el sistema genital y reproductor masculino. Y tal como las mujeres acuden anualmente al ginecólogo para realizarse sus chequeos correspondientes, los hombres -a partir de los 45 años- deben ir al urólogo para hacerse una serie de exámenes con el fin de prevenir o detectar enfermedades a tiempo.
El primer chequeo urológico lo efectúa el pediatra cuando nacemos para comprobar que el aparato urinario funciona con normalidad y que los testículos se encuentren dentro del escroto.
Luego, “la visita al urólogo es fundamental desde los 45 años, dado que esta es la única forma de diagnosticar precozmente un cáncer de próstata. El cáncer de próstata es la segunda causa de muerte por cáncer en Chile y en etapas tempranas, no da síntomas. Sin embargo, si se trata de un paciente con antecedentes familiares de primer grado (padres y hermanos) de cáncer de próstata, deben visitarlo a los 40 años”, explica el jefe de Urología y director del Centro de Cirugía Robótica de Clínica INDISA, Octavio Castillo.
Por otro lado, la consulta espontánea ocurre cuando se presentan síntomas o molestias, por ejemplo: presencia de sangre al orinar, dolor al orinar, con o sin fiebre; presencia de durezas en los testículos, problemas sexuales (eyaculación precoz, eyaculación retrógrada o disfunción eréctil), infertilidad, dolor lumbar que se extiende hacia la ingle y pérdida involuntaria de la orina, entre otros.
¿Cuáles son las patologías que se pueden prevenir o se tratan con un urólogo?
El chequeo anual considera la realización del antígeno prostático específico, fundamental para el diagnóstico de cáncer de próstata, asociado a la palpación rectal para ver el estado de la próstata. No obstante, debe asociarse siempre a exámenes médicos generales para descartar otras enfermedades.
“La aparición de molestias tales como frecuencia urinaria aumentada, urgencia para orinar, chorro débil y despertarse para orinar durante la noche, se asocian generalmente a un crecimiento benigno de la próstata (hiperplasia benigna) que, en la mayoría de los casos, se trata inicialmente con medicamentos, por lo que ante estos síntomas es necesario visitar al especialista”, enfatiza el jefe de Urología de Clínica INDISA.
Cáncer de próstata
El cáncer de próstata es el más común en los varones. Según la Organización Mundial de la Salud, actualmente surgen 413.000 nuevos casos y se producen 85.000 muertes cada año. “Por esta razón, es de suma importancia visitar al urólogo anualmente, porque el diagnóstico precoz se relaciona con alta probabilidad de curación”, enfatiza el doctor Octavio Castillo.
Hiperplasia benigna de la próstata o adenoma de próstata
Se le denomina así al crecimiento de la próstata (mal llamada inflamación) que ocurre en todos los hombres en la medida que envejecen. A los 80 años, el 100% tiene algún grado de hiperplasia.
“El tratamiento para la hiperplasia benigna de la próstata puede ser médico o quirúrgico, y es importante destacar que esta condición no tiene ninguna relación con el cáncer de próstata”, puntualiza Castillo.
Prostatitis
Esta patología es sinónimo de infección urinaria en el hombre y produce molestias para orinar, a veces, sangre en la orina y fiebre alta. La prostatitis generalmente trae asociado dolor o dificultad al orinar, molestias en la ingle, pelvis o genitales, y es tratada con antibióticos en la mayoría de los casos.
Hematuria
Es la presencia de sangre en la orina. Esta puede ser visible solo a través del examen de orina. Las causas pueden ser variadas, pero las más frecuentes son cálculos (“piedras”) en el riñón, tumores de riñón o vejiga e infecciones. Además, puede deberse a una lesión en los riñones, en el tracto urinario, en la próstata o en los genitales.
Cuando se presenta, siempre es necesario acudir a un especialista para determinar cuál es la causa y su tratamiento.
Cálculos renales
Son piedras en los riñones o en la vejiga, que se forman por acumulaciones sólidas de cristales formados por minerales y proteínas que se encuentran en la orina.
Se comienzan a percibir síntomas cuando estas “piedras” comienzan a desplazarse por los conductos que conectan los riñones y la vejiga.
Si los cálculos quedan alojados en los uréteres, pueden impedir el flujo de orina y hacer que el riñón se hinche y el uréter tenga espasmos, lo que produce dolores muy intensos, entre los que destacan:
- Dolor punzante e intenso en los costados y en la espalda, debajo de las costillas.
- Dolor que se difunde hacia la parte baja del abdomen y la ingle.
- Dolor o sensación de ardor al orinar y necesidad constante de orinar, y hacerlo en pequeñas cantidades.
Recuerda que para prevenir o detectar cualquier patología a tiempo es muy importante la visita a tiempo al especialista, además de la realización anual de los chequeos esenciales.