Casi 2.200 millones de personas en todo el mundo viven con una discapacidad visual, la retinopatía diabética y la degeneración macular son dos enfermedades de la retina que causan mayor ceguera en el mundo. Ambas patologías son crónicas e irreversibles, pero quienes las padecen pueden obtener un diagnóstico precoz que es clave para un mejor pronóstico a futuro. Conoce cuáles son sus síntomas y cómo puedes detectarlas.
En el marco del Día Mundial de la Visión, distintos expertos en la materia buscan concientizar a la ciudadanía sobre los diferentes tipos de afecciones visuales y sus tratamientos, para prevenir que el paciente pierda totalmente la capacidad de ver. Ese es el caso de la degeneración macular y la retinopatía diabética, que pese a que son patologías crónicas e irreversibles, quienes las padecen pueden obtener un diagnóstico precoz que es clave para un mejor pronóstico a futuro.
Dificultad para ver, leer, manejar e incluso reconocer caras, son algunos de los síntomas de la degeneración macular, enfermedad que daña el centro de la retina. “La degeneración macular relacionada con la edad es la primera causa de ceguera en adultos mayores. Es una enfermedad multifactorial en que participan, por supuesto la edad, el envejecimiento y la susceptibilidad genética, así como también factores de riesgo ambientales o modificables”, señala el oftalmólogo especialista en retina, René Moya.
En tanto, la retinopatía diabética presenta reducción en la visión asociada al engrosamiento de la retina e incluso alteración de la visión de los colores como si uno los viera desteñidos. “Es importante conocer que la retinopatía diabética está entre las primeras causas de ceguera a nivel mundial. La prevalencia de la diabetes continúa aumentando año tras año y es considerada una verdadera pandemia. Aproximadamente el 60% de los diabéticos tienen alguna complicación ocular asociada a su enfermedad, siendo la duración, el tipo de diabetes y particularmente el control de la misma, los factores que más se relacionan al compromiso de la retina”, agrega el doctor Moya.
Casi 2.200 millones de personas en todo el mundo viven con una discapacidad visual. Al menos la mitad de estas personas se considera que su condición no fue prevenida o aún no ha sido atendida. El número de pacientes con discapacidad visual está creciendo, más aún tras el efecto post pandemia en donde miles de personas dejaron de lado sus chequeos preventivos.
El tratamiento principal de estas dos enfermedades graves de retina es mediante inyección intravítrea de antiangiogénicos, en esa línea la oftalmóloga subespecialista en retina médica y quirúrgica de la Universidad de Chile, XR oftalmología y Red Centro Oftalmológico Láser, la Dra. Xi Rao señala que “el confinamiento y restricciones de la movilidad de las personas restringió considerablemente el acceso oportuno y con periodicidad hacia el tratamiento, causando pérdida de visión permanente en muchos pacientes. Para mitigar estos problemas, la investigación científica se ha enfocado en buscar antiangiogénicos de mayor duración y potencia, para que pueda durar más tiempo dentro del ojo, de modo de no necesitar inyecciones tan frecuentes”.
Los diagnósticos preventivos son vitales para entregar un tratamiento oportuno, es por eso que especialistas recomiendan que todo paciente de 55 años o más se someta al menos a un examen de fondo ocular anual. “Nosotros los oftalmólogos y retinólogos tenemos la responsabilidad de detectar precozmente estas condiciones, de modo de poder ofrecer educación y tratamiento precoz a los pacientes. Es por esto, que el examen de fondo de ojo es obligatorio en un paciente diabético de forma anual y también en los adultos mayores de 55-60 años. Para estos últimos, aumenta la incidencia de la degeneración macular, especialmente en pacientes con antecedentes familiares”, puntualiza la doctora oftalmóloga Xi Rao.
Compañías como Roche se han asociado con investigadores, médicos y grupos de pacientes de todo el mundo con el objetivo de transformar los resultados del tratamiento y enriquecer la vida de los pacientes. “La oftalmología es un desafío de salud global que nosotros, en Roche, estamos comprometidos a abordar, ayudando a lograr un cambio positivo en la forma en que se diagnostica, controla y trata la pérdida de visión. Se debe hacer más para apoyar el acceso a una atención oftalmológica eficaz y personalizada en todo el mundo para mejorar y proteger la visión”, señala María Carolina Urdaneta, médico oftalmólogo y medical expert de Oftalmología de Roche Chile.
CHEQUEO EN CASA
Complementario a visitar a un experto para un diagnóstico oportuno, todas las personas pueden realizar un autoexamen en sus hogares utilizando una rejilla de Amsler. Esto consiste en una hoja de cuaderno cuadriculado, donde se coloca un punto central y se tapa un ojo. Luego, se observan las líneas con el ojo destapado, para determinar si hay alguna línea deformada. “También puede observar algún cuadro que se tenga en la casa, siempre tapando un ojo, para poder identificar rápidamente el ojo con problema. De este modo, se podría detectar de forma precoz y acudir al especialista”, recomienda la doctora Xi Rao.
LA IMPORTANCIA DE LOS BUENOS HÁBITOS
Para el doctor René Moya es sumamente importante conocer los síntomas tanto de la retinopatía diabética como de la degeneración macular, así como también los factores de riesgo modificables que pueden acelerar las patologías, tales como el tabaquismo y la dieta. “Dietas ricas en alimentos que contengan luteína, zeaxantina y ácidos grasos poli insaturados son protectores. La actividad física también se ha asociado a una reducción en la progresión de la enfermedad. Sabemos también que hay variantes genéticas que confieren mayor susceptibilidad para el desarrollo de la enfermedad por lo que en familias con este tipo de antecedentes hay que prestar mayor atención a sus miembros”, informa el experto.
Asimismo, agrega que es fundamental visitar a su oftalmólogo para conocer sobre la enfermedad, su estado de avance, necesidad de uso de suplementos que contengan vitaminas y antioxidantes para prevenir la progresión a formas avanzadas y tratamientos para la enfermedad.