La prevención a través de un estilo de vida saludable y el tratamiento oportuno, continúa siendo la mejor estrategia para enfrentar el riesgo de sufrir un ACV. Desde la pandemia por Covid-19, la salud se ha convertido en una preocupación central para muchas personas, especialmente en relación con los accidentes cerebrovasculares (ACV). Diversos estudios sugieren que la incidencia de ACV ha aumentado aproximadamente un 20% en el mundo desde la pandemia, aunque las razones detrás de este incremento no siempre son catastróficas como a menudo se sugiere en redes sociales.
En Chile, datos del grupo Interclínica, que opera en cuatro regiones del país, indican un aumento del 19% en los ingresos por diagnóstico de ACV durante el primer semestre de 2024, en comparación con el mismo periodo del año anterior.
Múltiples Factores Contribuyentes. El alza de los ACV se atribuye a una combinación de factores. El virus causante del Covid-19 puede inducir un estado inflamatorio y procoagulante, aumentando el riesgo de eventos trombóticos, incluidos los ACV. Además, la pandemia provocó un retraso en la atención médica de pacientes con enfermedades crónicas como hipertensión, diabetes y enfermedades cardíacas, condiciones que incrementan el riesgo de ACV. El estrés, el aumento en el consumo de sustancias nocivas y los cambios en el estilo de vida también han sido factores contribuyentes, según Alberto Vargas, neurólogo de Cordillera Interclínica.
Evidencia Científica. Un estudio del Reino Unido publicado en “The Lancet Neurology” en 2020 reportó un aumento en las complicaciones neurológicas, incluidos ACV, en pacientes con Covid-19. De manera similar, un artículo en “The New England Journal of Medicine” indicó que jóvenes sin factores de riesgo tradicionales también presentaron ACV asociados con Covid-19. Una revisión en el “Journal of Stroke and Cerebrovascular Diseases” sugirió que la combinación de inflamación sistémica y trombosis en pacientes con Covid-19 eleva notablemente el riesgo de ACV.
Desmintiendo Mitos sobre las Vacunas .A pesar de algunas creencias populares, no existe evidencia científica sólida que vincule directamente las vacunas contra el Covid-19 con un aumento en la incidencia de ACV. Al contrario, las vacunas han demostrado ser esenciales para prevenir infecciones graves y sus complicaciones, incluyendo aquellas que podrían elevar el riesgo de ACV.
Promoción de un Estilo de Vida Saludable. La prevención sigue siendo la clave. Un estilo de vida saludable, con una dieta equilibrada, actividad física regular y evitar sustancias tóxicas, es crucial para reducir el riesgo de ACV. Aquellos con antecedentes familiares de ACV o enfermedades cardiovasculares deben prestar especial atención a su salud y mantener controles médicos regulares.
El Dr. Alberto Vargas subraya la importancia de reconocer los síntomas de un ACV, como dificultad para hablar, debilidad en extremidades, asimetría facial y vértigo persistente, y buscar atención médica inmediata. “Un tratamiento oportuno y eficaz puede mejorar significativamente el pronóstico”, concluye.