El tratamiento de la obesidad debe ser multidisciplinario. Según el Dr. Muñoz, un plan adecuado incluye intervenciones nutricionales, farmacológicas y, en casos más graves, la cirugía bariátrica. Sin un tratamiento médico apropiado, es muy difícil que los pacientes logren mantener los resultados a largo plazo.
Es importante destacar que la prevención juega un papel fundamental en la lucha contra la obesidad. El Dr. Muñoz señala la importancia de implementar planes de prevención desde la infancia, que no solo eduquen a los niños sobre la importancia de una dieta balanceada y la actividad física, sino que también involucren a las familias y a los centros educativos. Además, el marketing de los alimentos ultraprocesados debe ser regulado, y deben promoverse espacios urbanos seguros y accesibles para la práctica deportiva.
En este contexto, garantizar la cobertura de tratamientos médicos y quirúrgicos también es vital, ya que tratar la obesidad a tiempo puede reducir los gastos futuros en salud pública. Como explica el Dr. Luciano Poggi, miembro de la Asociación Peruana de Cirugía y Enfermedades Metabólicas (APCBEM), la obesidad no solo compromete la salud física, sino también la emocional, y su impacto puede reducir la esperanza de vida de una persona en hasta diez años, especialmente cuando se trata de obesidad severa.
Impacto en la salud Mental: Un reto invisible
Un aspecto frecuentemente olvidado al hablar de la obesidad es el impacto que tiene en la salud mental de quienes la padecen. Según el Dr. Poggi, aproximadamente el 50% de las personas con obesidad severa sufren de trastornos emocionales como ansiedad y depresión. Además, la movilidad limitada y la falta de energía que suele acompañar a la obesidad afectan gravemente la calidad de vida. Las personas con obesidad tienen dificultades no solo para realizar actividades cotidianas, como caminar o subir escaleras, sino que también experimentan una reducción en su productividad laboral y una disminución en su bienestar general.
La Necesidad de cambiar la percepción social
Un cambio de enfoque en cómo vemos la obesidad es urgente. En lugar de estigmatizar a quienes la padecen, debemos reconocerla como lo que es: una enfermedad crónica. Cambiar la percepción social es clave para que las personas busquen ayuda sin miedo a ser juzgadas, y para que los tratamientos sean más accesibles y eficaces.
En Chile, la cobertura de tratamientos para la obesidad es aún limitada, y aunque ha habido avances, aún queda un largo camino por recorrer. Los expertos coinciden en que debe existir una mayor inversión en programas de educación sobre nutrición, actividad física y salud mental. Asimismo, es fundamental que la obesidad deje de ser vista como un problema estético y pase a considerarse como lo que realmente es: una enfermedad médica seria.
Acceso a información y tratamientos personalizados
Para quienes desean conocer más sobre cómo manejar la obesidad, una excelente opción es visitar plataformas educativas como Hablando de Obesidad, que brindan información sobre la enfermedad, los tratamientos disponibles y recursos para realizar pruebas de riesgo y calcular el índice de masa corporal (IMC). El acceso a esta información es fundamental para tomar decisiones informadas y buscar el apoyo médico adecuado.
El cambio empieza con nosotras
La obesidad es un problema de salud pública que nos afecta a todos, y aunque muchas veces se minimiza como un tema de “fuerza de voluntad”, la realidad es que es mucho más complejo. La educación, la prevención, y el tratamiento médico integral son claves para combatirla. Las mujeres, especialmente en ciudades como Santiago, podemos ser agentes de cambio, promoviendo hábitos más saludables, apoyando a nuestras amigas y familiares en la búsqueda de soluciones efectivas, y exigiendo políticas públicas que promuevan un entorno más saludable para todos.