Por fin alguien lo dijo en voz alta: tener mellizos no es solo “el doble de amor”, también es el doble de pañales, de llantos y de noches sin dormir.
Si vives en Santiago y eres mamá (o estás pensando en serlo), este nombre deberías empezar a recordar: Alejandra Silva. Psicóloga, terapeuta familiar del centro Ser Mujer y, sobre todo, madre de mellizas. Porque sí, una cosa es hablar desde la teoría y otra muy distinta es sobrevivir al caos de la vida real con dos guaguas al mismo tiempo.
Y eso, justamente, es lo que nos viene a contar en su nuevo libro Confesiones de una madre de mellizas. No es una guía rosa ni llena de consejos mágicos que prometen que todo saldrá bien si sigues una rutina perfecta. Es una mirada honesta, cercana y, por momentos, brutalmente real sobre lo que significa criar hijos múltiples en una sociedad donde la maternidad, seamos sinceras, aún se espera que sea perfecta pero silenciosa.
¿Por qué este libro es distinto?
Alejandra mezcla dos miradas que rara vez coinciden en un mismo relato: la de madre que estuvo en la UCI con sus bebés, que sintió miedo, agotamiento, culpa, y también la de terapeuta que ha acompañado a muchas otras mujeres en procesos similares.
“Hoy existe mucha información suelta en redes sociales, pero muy poca literatura que mezcle vivencia personal con enfoque psicológico profesional”, nos dice en una entrevista reciente. Y es cierto: en tiempos de reels y consejos en 15 segundos, se agradece una voz pausada, reflexiva, que va más allá de los “tips de crianza”.
Las verdades incómodas (pero necesarias)
Una de las partes más potentes del libro es cuando Alejandra habla del embarazo múltiple como lo que realmente es: un embarazo de alto riesgo.
“Te lo dicen de entrada: no es un embarazo como cualquier otro”, confiesa. La posibilidad de no llegar a término, el parto prematuro, las complicaciones médicas… son escenarios reales que muchas veces se minimizan bajo frases como “vas a tener el doble de bendiciones”.
Y eso sin contar lo que pasa con el cuerpo: “cómo te vas a ver, cómo vas a parir, si vas a poder amamantar a los dos… todo eso pesa, y nadie te prepara emocionalmente para esa montaña rusa”.
Cuando el caos se vuelve rutina
¿Y después del parto? Bueno, ahí empieza el verdadero desafío.
“Pasas de preocuparte por ti y por el embarazo, a estar 24/7 con dos (o más) bebés que te necesitan al mismo tiempo y con la misma urgencia”, dice Alejandra. Alimentar, cambiar pañales, arrullar, reconocer quién llora por qué… todo se duplica.
Y el cansancio no es solo físico, también es mental. Porque, seamos sinceras, la red de apoyo no siempre existe. Muchas veces los abuelos trabajan o no pueden involucrarse tanto, y pagar ayuda no es una opción real para todas las familias. “La maternidad hoy se vive como una experiencia privada, donde el ‘te las arreglas sola’ sigue siendo la norma”, comenta.
Para las mamás múltiples (y las que las rodean)
Este libro no es solo para quienes ya tienen mellizos o trillizos. Es también para quienes acompañan: parejas, abuelas, tías, amigas. Porque entender esta experiencia desde dentro puede cambiar la forma en que apoyamos (o no) a esas mamás que se están multiplicando para llegar a todo.
Alejandra también incluye relatos de adultos que crecieron siendo mellizos o trillizos, lo que le da una perspectiva más amplia: no solo desde quien cría, sino también desde quien fue criado en esa dinámica.
Dónde conseguir el libro (y por qué deberías hacerlo ya)
Si ya te picó la curiosidad (y te apuesto que sí), puedes encontrar Confesiones de una madre de mellizas en:
@ps_alejandra_silva_a en Instagram
Librería Sin Moraleja – Regina Pacis 703, Ñuñoa, Santiago
Librería Segundo Sol – Viña del Mar
Es lectura obligada si estás pasando por una maternidad múltiple, si te interesa la psicología familiar o simplemente si te gusta leer historias reales, de mujeres reales, que enfrentan desafíos grandes con una honestidad que se agradece.
Una invitación a no callar más
Criar no debería ser una tarea solitaria. Y libros como este ayudan a romper el silencio. Si estás criando por dos (o más), este es un abrazo de papel. Y si no, también es una oportunidad para mirar con más empatía a quienes lo hacen. Porque ser mamá de mellizas no es solo adorable y digno de fotos en Instagram: es una batalla diaria llena de amor, sí, pero también de miedo, dudas y muchísimo esfuerzo.



