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Viña 2025: 15 mil corazones latiendo por el running

Si alguna vez te preguntaste cómo se ve la pasión por el running a gran escala, te bastaba estar el domingo en la costa de Viña del Mar para comprobarlo. Porque sí, el PUMA Maratón de Viña del Mar 2025 fue todo lo que estuvo bien este fin de semana: casi 15 mil almas corriendo, gritando, celebrando, y sobre todo, cruzando metas.

Y no hablamos solo de metas deportivas, sino de esas que mueven el corazón: romper récords personales, compartir con amigos, recorrer la costa con música en los oídos y energía en las piernas, y también demostrar que el running es cosa de todas y todos. Y, hay que destacar, que las mujeres se tomaron los 10K como si fuera pasarela… ¡pero con zapatillas!

Daniel Cortés: orgullo chileno, paso firme

En la categoría reina, los 42K, el chileno Daniel Cortés se robó la película. Cruzó la meta con un tiempazo de 2:16:42, demostrando que la resistencia mental es clave cuando las piernas ya no dan más (porque sí, correr una maratón completa no es para cualquiera). Daniel dijo que el circuito fue más duro de lo esperado, pero su enfoque lo mantuvo firme y le bastó para dejar atrás al peruano Luis Ostos y al también chileno Michael Pinela, que completaron el podio.

Mildrey Echavarría: poder colombiano femenino

Ahora, hablemos de mujeres que hacen historia. La colombiana Mildrey Echavarría fue la reina indiscutida del asfalto con un 2:36:02 que dejó a más de una con la boca abierta. Su carrera fue inteligente, constante y muy estratégica. Y aunque venía desde Medellín, su corazón se quedó en Viña. Le siguieron la peruana Nicolasa Condori y la chilena María Elena Acuña, demostrando que las mujeres latinoamericanas están pisando fuerte (y rápido) en el running internacional.

Medio maratón: talento joven y energía femenina

En los 21K, los hombres también dieron espectáculo. Matías Silva, ya conocido en estas lides, rompió su propio récord de circuito con un 1:02:05 que lo dejó más que satisfecho. Pero ojo, Ricardo Rojas le pisó los talones todo el rato. Literal.

¿Y las mujeres? María José Calfilaf, de La Araucanía, fue la sorpresa y el orgullo sureño. Con 1:13:43, logró su mejor marca personal y se quedó con una victoria largamente soñada tras quedarse en el tercer lugar en dos ediciones anteriores. Detrás suyo llegaron Johanna Rivas e Ingrid Galloso, que destacaron por su compañerismo y buen ánimo durante toda la carrera.

Fotos: @focorace

Más que una maratón: una fiesta del deporte y la comunidad

Una de las cosas más lindas del PUMA Maratón de Viña del Mar es que no es solo para élites. Es para todas. Sí, incluso para ti, que quizás recién te estás animando a correr 5K. Este año se celebró una paridad de género histórica, con casi exacta cantidad de mujeres y hombres participando (¡7.503 corredoras!). En los 10K, las mujeres fueron mayoría, con un 62% de participación. Así que si alguna vez dudaste de inscribirte… ya no hay excusas.

Maratón sustentable y techie

Esta edición también apostó fuerte por la sustentabilidad y la tecnología. El evento fue carbono neutral, con un circuito certificado y coordinado junto a Carabineros y la Armada para garantizar seguridad. Además, se lanzó una app oficial para seguir a las corredoras en tiempo real (sí, tus amigas te podían stalkear mientras sufrías el último kilómetro). Y gracias al Sistema de Alerta de Eventos (SAE), los asistentes recibieron info actualizada sobre el circuito al instante.

Sunset Party, medallas y descuentos: Viña lo dio todo

Pero, como toda buena fiesta, esta no empezó ni terminó en la línea de meta. El sábado, la energía se encendió con la Pre-Race Sunset Party en Reñaca, donde cientos de runners relajaron músculos al ritmo del sunset, música y buenos cócteles sin alcohol. Y el domingo, después del esfuerzo, tocó el famoso Medal Sunday: mostrar tu medalla en tiendas locales te daba descuentos y regalitos. Una excusa perfecta para ir por un brunch, ¿no?

¿Y tú, te animas a correr en Viña 2026?

Lo que nos dejó el PUMA Maratón de Viña del Mar 2025 fue más que resultados. Fue una postal de lo que significa comunidad, sororidad y superación personal. Desde el asfalto caliente hasta la brisa marina de Reñaca, fue una fiesta que nos recuerda que cada paso, cada kilómetro, vale la pena.

Así que, si estás leyendo esto desde tu escritorio en Santiago, con las zapatillas mirándote desde la esquina… toma nota: el 2026 podrías estar tú cruzando esa meta con el corazón lleno y las piernas temblando de emoción.

Nos vemos en la largada!!!

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