Estamos en la era de la mujer multitarea. Atrás quedaron esos tiempos en que la dueña de casa centraba su vida, atención y cariño en el cuidado de los niños. Eso ya es historia… la mujer actual es una mamá que -por lo general- cumple varios roles a la vez: madre, esposa, trabajadora y dueña de casa. Además estudia, trata de hacer deporte, intenta dejar espacio para ella… y debe verse bien. ¿Cómo llegamos a esto? ¿Cuál es el panorama actual?
La docente de la Escuela de Trabajo Social de la Universidad del Pacífico, Susana Arancibia, plantea que es la crisis económica de los ’80 la que marca un antes y un después, generando los cambios que observamos hasta el día de hoy. Hay cifras que demuestran que a partir de 1980 se presenta un incremento sostenido del número de mujeres que se incorpora al mundo laboral, llegando a un 48%. “Las cifras de empleo femenino son determinantes en los cambios de la estructura familiar actual. Si a esto se le suma el trabajo informal, es posible observar que en menos de 50 años el perfil de la mujer y la familia chilena ha cambiado radicalmente”, afirma.
Junto con la incorporación laboral, la mujer también ha cambiado su mentalidad, presenta mayores niveles de confianza en su carrera y en sí misma, se plantea nuevas ambiciones, quiere una mejor calidad de vida personal y profesional, una realidad que trajo nuevas batallas, como la exigencia de un trato igualitario respecto de sus compañeros: “…desde la perspectiva legal, primero se logra legislar sobre el divorcio y eliminar la distinción que existía sobre los hijos dependiendo de su origen (legítimos, ilegítimos y naturales), hoy todos son hijos ante la ley. Además, se propicia la co-parentalidad o responsabilidad compartida hacia los hijos; esto implica que los padres no solo deben aportar con dinero para la mantención de los niños, sino que deben ser parte presente de la crianza y educación de los mismos. Igual tenor tiene la ley relacionada con el fuero maternal, cuyo objetivo es, por una parte, que la madre trabajadora pueda prodigar los cuidados necesarios a su hijo y, por otra, que no signifique un desmedro en su fuente laboral”, agrega Susana Arancibia.
¿Qué significa ser mujer y madre 2.0?
Al ingresar las mujeres al mundo laboral, se demostró la carga que significa llevar el hogar. Esto abrió la posibilidad para que los hombres se impliquen efectiva y afectivamente en la vida de sus niños, aunque hay que reconocer, que el cambio de mentalidad se ve reflejado en los jóvenes… las mujeres de generaciones más cercanas a la transición, funcionan con un modelo moderno, pero en un esquema antiguo, en el que tienen poco o nada de colaboración y deben cumplir con todos los roles impuestos. “Es efectivo que hoy los jóvenes (hombres y mujeres) toman consciencia de las diversas tareas que significa mantener un hogar, vivir en familia y desempeñarse en el trabajo, siendo co-responsables respecto de la diversidad de roles en la vida”, dice Susana Arancibia.
Es indiscutible que los niños hoy están siendo criados bajo un nuevo paradigma, así se siente y así lo muestran las estadísticas. Susana Arancibia manifiesta al respecto: “Los chicos están recibiendo una socialización que evidencia los beneficios de la participación laboral de la mujer para sus hijos. De hecho, un 52,6% de las mujeres cree que las madres trabajadoras pueden generar un vínculo de cercanía con sus hijos similar a las que no trabajan, y el 59,4% cree que sus niños se beneficiarán de su trabajo”
A pesar de todos estos avances no cabe duda que la brecha de género sigue siendo muy importante, hay discriminación en puestos de trabajo, diferencias salariales entre hombres y mujeres frente al mismo cargo, escaso nivel de conciliación y flexibilidad laboral-familiar por parte de las organizaciones, dificultad para validarse dentro del mundo político, subempleo, marginalidad y violencia, entre muchos otros aspectos. Hay varios pendientes para lograr equilibrio en este nuevo formato, eso sí, se debe reconocer que las nuevas generaciones lo están integrado de manera más sana y natural… aún queda tiempo para evidenciar los cambios estructurales, pero claro está que no hay vuelta atrás, las mujeres seguirán ganando espacio y de 2.0 ya están visualizando subir a un 2.6