Uno de los ámbitos clave para lucir saludables y bellas es cuidar la piel, y para hacerlo correctamente hay que derribar mitos sobre sobre el cuidado del mayor órgano del cuerpo. Hoy se dicen muchas cosas al respecto, y se puede caer en prácticas o rutinas que en realidad generan más daño que beneficios, explica la Directora Médica de Central Klinic, Dra. Alejandra Ríos.
“Las zonas de la piel que más se van dañando con el paso del tiempo son el contorno de los ojos, por ser la piel más delgada del cuerpo, y la zona peribucal por estar sujeta a mucha gesticulación. Hoy existe mucha desinformación en cuanto al cuidado de la piel sobre todo en áreas específicas, como contornos de ojos y cuello”, cuenta la dra. Ríos.
A considerar:
El uso de cremas es suficiente para mantener la piel sana. No es lo único, es un complemento, ya que la alimentación influye mucho. La ingesta diaria de harinas blancas y productos refinados produce inflamación, y en pieles grasas favorecen el acné. Lo ideal es la alimentación equilibrada, con predominio de productos naturales.
El cuidado de la piel debe comenzar a los 28-30 años, cuando aparecen las primeras arrugas. Falso, pues la prevención comienza desde niños, usando siempre bloqueador solar. Luego en la adolescencia se debe comenzar con limpieza facial 2 veces al día, en la mañana y en la noche, con un producto adecuado para el tipo de piel. A los 18 años conviene agregar un hidratante de día sobre todo si se vive en clima seco y a partir de los 21 años crema de noche, reparadora y/o antiarrugas liviana, según el tipo de piel.
No es necesario usar bloqueador solar todo el año; este es el mito más dañino. Si bien sentimos mayormente los efectos del sol en verano, este impacta en la piel durante todo el año.
Usar la misma crema en rostro y cuerpo: es una pésima idea pues no generará el impacto esperado. En el rostro hay que tener una rutina de limpieza con antioxidante, hidratante y usar bloqueador en el día. En la noche limpieza y crema antienvejecimiento, de acuerdo a la edad.
Cuello y escote no son relevantes. Falso, de hecho requieren crema especial 2 veces al día, al igual que el contorno de ojos. En el cuerpo hay que usar una loción humectante. Si la piel es seca tiene que ser relidipizante y de uso diario, después de la ducha. Además, hay que exfoliar 1 vez por semana. En las manos hay que aplicar crema (puede ser humectante) cada vez que se lavan y especialmente en la noche, para que se recuperen.
El bloqueador es lo primero: Un error; siempre se deben aplicar primero las cremas y al final el bloqueador, para que realmente proteja. Además es importante limpiar la piel diariamente antes de aplicar cualquier producto.
Aplicar todas las cremas juntas: ¡nunca lo hagas! Se debe esperar entre cada paso para que cada una tenga su efecto. Además, tampoco hay que frotarlas mucho, lo ideal es aplicar una pequeña cantidad y dejar que se absorban solas.
Usar ácido glicólico en el día y no usar antioxidante tópico: Un gran error. El ácido glicólico no e utiliza durante el día porque la piel se puede manchar, a su vez, sí necesitamos usar antioxidantes durante el día porque es cuando estamos expuestos a contaminantes ambientales y radiaciones. Los antioxidantes hacen que ese efecto se neutralice.
Mientras más laves tu cara, mejor: ¡Falso! Limpiar la piel diaramente es fundamental, pero no hay que exagerar. El exceso de higiene puede facilitar la irritación al romper la barrera cutánea.
Utilizar productos perfumados y artesanales beneficia la piel: esto no es así. No hay que usar productos que contengan parabenos ni perfumes, tampoco cremas de elaboración muy artesanal ya que pueden ser muy irritantes. Es necesario testearlos en el antebrazo primero y aplicar y observar su reacción a las 2, 3 horas, tiempo en el que no debiera aparecer enrojecimiento ni inflamación.
Como dato adicional, podemos comentar que los componentes beneficios para la piel son las vitaminas como acido L ascórbico (vitamina C), Tocoferol (vitamina E), ácido ferúlico, ácido hialurónico, alfa hidroxiacidos, péptidos, floretina, proxylane, extracto marino, ácido cítricos, urea, ácido sulfónico, retino y bisabolol.