Es muy probable que poco o nada sepamos de Kinomichi, su significado es: Camino que da energía. Derivado del Aikido, es un arte marcial creado por Masamichi Noro en 1979 y su filosofía se concentra en unir a personas, de distintas edades, a través de una experiencia corporal.
Para descubrir de qué se trata esta disciplica, nos centraremos en la historia de vida de una mujer que tiene sus inicios en la danza profesional, Christiana Cavalcanti -bailarina y coreógrafa, formada en Danza Contemporánea en el CND (Centre National de la Danse de Paris) y en Educación Artística en la UFPE (Universidade Federal de Pernambuco)- quien derivó al Kinomichi por una casualidad del destino, cuando se encontró con este modo de entrenamiento en la ciudad de París (1990), algo que ella explica, ‘la hizo renacer’…
“Cuando salí de Recife, mi ciudad natal, primero a São Paulo y luego a París, ya estaba buscando nuevos horizontes. En París era bailarina y practicaba a diario con muchos profesionales; bailaba desde los 11 años y a los 25 comencé a indagar otras formas de entrenamiento, quería ejercitarme con personas que no fueran únicamente bailarines y coreógrafos. Ahí estaba, centrada en la danza (formaba parte de la Cia. Pinna Baush) y tuve la suerte de conocer al Maestro Noro, creador del Kinomichi, un gran maestro del arte marcial en el sentido más noble y precioso del término. Esta aproximación significó el hallazgo de lo que estaba buscando, tuve una sensación de apertura con la experiencia del Kinomichi. Mi campo de visión cambió completamente después de la primera clase que tomé, salí a la calle y pude ver la ciudad de una manera más amplia, fue revelador y agradable, la ciudad no me oprimía más. El Kinomichi es un arte de movimiento que me abrió el corazón y la mente”, comenta Christiana Cavalcanti.
¿Cómo describirías esta disciplina?
El Kinomichi es un arte de movimiento muy vivo y lúdico. Es la disciplina perfecta para quienes buscan crecer integralmente a través del lenguaje del cuerpo; personas dispuestas a experimentar nuevos estados corporales en conjunto con otros. Esta disciplina conlleva abrirse, y requiere plena confianza en los compañeros de práctica, ese punto transforma interiormente, quienes lo practican se van sintiendo diferentes porque las energías van cambiando.
¿Los talleres están abiertos a todas las edades y sexo o hay una segmentación; es más femenino?
Es una práctica para todos, hombres y mujeres se complementan físicamente y energéticamente, eso enriquece la vivencia. Cuando hay niños pequeños cambia la energía y en esos casos se deja claro el foco del trabajo. Niños a partir de los 7 años funcionan muy bien en Kinomichi, porque además los adultos progresan en estas instancias.
¿Se requiere alguna condición física para incorporarse a un taller de Kinomichi?
Para todas las edades y condiciones físicas el desafío es diferente, eso es lo que me atrajo en la propuesta del maestro Noro.
Christiana Cavalcanti conoció el Kinomichi en 1990 en París, desde entonces lo práctica regularmente, como complemento a su entrenamiento de bailarina. A través de esta disciplina comienza una búsqueda y una construcción de nuevos trabajos experimentales en el campo de la danza. Para el año 2009 Cavalcanti comienza a organizar talleres y eventos ligados a danza, teatro, música y Kinomichi, creando y alimentando proyectos artísticos. Actualmente da clases regulares y talleres para niños y adultos en Brasil -donde formó su dojo, ‘lugar de entrenamiento’, junto a Víctor Labouret- y en Europa. Recientemente Christiana Cavalcanti ofreció un seminario en Chile.
Dejamos algunas imágenes y video de Kinomichi, que es la mejor manera de entender o formarse una idea de esta práctica de origen oriental; una disciplina que permite un gran crecimiento corporal y emocional.