Surf, avistamiento de aves, una colorida feria con frutas y especias exóticas y hasta una visita al sitio arqueológico donde se encontraron las momias más antiguas del mundo, definitivamente Arica sorprende con sus destinos. La ciudad ofrece novedosas rutas turísticas patrimoniales, desarrolladas por la Universidad Central de Chile en el marco de un proyecto de Bien Público de Corfo denominado “Diseño de experiencias memorables en el borde costero de Arica, ciudad de la Eterna Primavera y Parinacota”.
Imagínese contemplando la rica biodiversidad de un hermoso humedal costero donde habita más de un centenar de coloridas especies animales y vegetales, mientras escucha el relato de guías calificados que proporcionan valiosa información sobre las características de este mágico ecosistema. O asómbrese conociendo las momias y vestigios arqueológicos de la enigmática Cultura Chinchorro, mientras algún estudioso o conocedor de los pueblos originarios explica cómo dichas etnias se establecieron y desarrollaron en el norte de Chile.
Estas enriquecedoras experiencias forman parte de una serie de rutas turísticas que se emplazan en el borde costero de la Región de Arica y Parinacota, donde a través de relatos y vivencias memorables se diseñaron nuevas y atractivas propuestas para visitar la puerta norte de Chile. “La generación de experiencias turísticas memorables está íntimamente relacionada a la coherencia entre la oferta turística local y los relatos que de forma amena y propositiva ilustran cada viaje, la construcción de estos relatos basados en investigación académica y aportes de la comunidad, permite el desarrollo de novedosos servicios turísticos, orientados a proveer nuevas experiencias de viaje”, manifiesta Miguel García, Director del Instituto del Patrimonio Turístico de la UCEN.
Uno de los hermosos y mágicos lugares que forman parte de este nuevo circuito, es el Humedal de Lluta, ecosistema de incalculable valor para la vida silvestre del norte, que encuentra allí un hábitat que brinda refugio, descanso y alimento a más de ciento veinte tipos de aves, y decenas de especies vegetales nativas. “El humedal se ha transformado en el oasis de muchas aves migratorias que realizan enormes desplazamientos a través del desierto, así como el de plantas, flores y hierbas que encuentran en una zona de extensa y profunda aridez un espacio para su subsistencia. Por lo mismo, este lugar es parte del Libro Rojo de los Sitios Prioritarios para la Conservación de la Diversidad Biológica en Chile”, comenta Estela González, miembro de la Asociación de Guías de Arica.
Otra de las atracciones del circuito es el Terminal Agropecuario de Arica, feria multicolor donde convergen los exóticos sabores de los vergeles nortinos. Para muchos visitantes, un verdadero milagro, desconociendo que en el desierto chileno se cultiva gran cantidad de exquisitas frutas, verduras y especias. “Los turistas no creen que los nortinos producimos vegetales de gran sabor y tamaño. Te diría que, incluso piensan que aquellos tomates, mangos, plátanos u hortalizas que tan lindos se ven en nuestros puestos y sientes tan aromáticos, las traemos desde el trópico, Santiago o el sur de Chile. Te aseguro que pocas ferias agrícolas de nuestro territorio, tienen tantas variedades y sabores como nuestro terminal”, afirma María Yupanqui, vendedora de aliños y frutos secos de ese mercado.
Historia milenaria. El circuito levantado en las Cuevas de Anzota es un conjunto de cavernas y enigmáticas formaciones rocosas que sirvieron de guarida y espacio ceremonial para la Cultura Chinchorro. Según los estudios arqueológicos, aquel pueblo originario habitó en el borde costero del norte entre los años 7.000 AC a 2.000 AC. “Estas cuevas brindaron protección a los primeros habitantes de nuestro continente. Tanto así que les permitió subsistencia durante miles de años y hasta sentido espiritual… de trascendencia. Y es que ellos no sólo enseñaron a otros pueblos a vincularse con el mar, donde estaba su alimento, sino también a conectarse consigo mismo, abriéndoles a visiones especiales sobre la vida y la muerte. De ahí que la Cultura Chinchorro desarrollara una de las técnicas de momificado más antiguas de la humanidad”, relata el Director del Consejo de la Cultura y las Artes de Arica y Parinacota, José Barraza.
En efecto, el grupo de cazadores recolectores destacan -por sobre otros pueblos precolombinos del subcontinente por sus ritos funerarios, en los cuales momificaban artificialmente a sus muertos. Los turistas pueden encontrar evidencias arqueológicas en el valle de Camarones, otro de los hitos de este novedoso circuito patrimonial. “Los científicos han encontrado más de un centenar de momias en esta zona. Nuestra idea es que, algún día, nuestra comuna pueda levantar un museo para acogerlas. Hoy podemos admirarlas en Santiago y Valparaíso… Lejos de su hogar. No queremos traerlas todas, pues queremos que todo Chile disfrute conociendo a sus pueblos originarios. Pero, más aún quienes viven donde ellos levantaron esta hermosa cultura y legado”, asegura el alcalde de Camarones, Iván Romero Menacho.
Para jóvenes y espíritus aventureros. Este circuito turístico también está dispuesto para deportes extremos. El surf es el de mayor popularidad en la puerta norte de Chile, con playas, donde diariamente niños, adolescentes y adultos disfrutan haciendo maniobras sobre las olas.
“El surf tiene un escenario de categoría mundial en lugares como la Península del Alacrán. Varios campeones internacionales han probado sus tablas en aquellas olas. De hecho han participado de los torneos internacionales que se han desarrollado en la ciudad. Ello prueba que Arica no sólo es historia, no sólo es El Morro. Hay algo vivo presente en el deporte que practicamos, tan vivo como el circuito patrimonial que estamos ayudando a promocionar”, comenta Francisco Gana, reconocido y premiado surfista ariqueño.