Porque sí, en una carrera donde tus pies harán todo el trabajo, la elección del calzado no es cosa menor. No se trata solo de que combinen con tu outfit (aunque también ayuda ), sino de que te lleven seguras, cómodas y sin lesiones hasta la meta. Así que si todavía no eliges tus zapatillas o estás pensando en estrenar unas nuevas el día de la carrera… ¡alto ahí!
Nada de improvisar: el llamado de los expertos
Conversamos con Christian Gutiérrez, kinesiólogo, maratonista y coach de ASICS Chile, quien fue claro: “Usar las zapatillas incorrectas puede ser el camino más corto a una lesión. Muchas veces, el cuerpo empieza a fatigarse por sobrecargas que, si no se manejan bien, terminan en fascitis, tendinitis o algo peor”.
¿La clave? Conocer bien tu pisada, tu nivel de experiencia, la distancia que vas a correr y tus objetivos personales. Solo así podrás elegir el par ideal para ti.
1. ¿Cuál es tu tipo de pisada?
Neutra, pronadora o supinadora. Suena a jerga técnica, pero es más simple de lo que parece. Si tu pie apoya de forma equilibrada, eres neutra; si se inclina hacia adentro al pisar, eres pronadora; y si va hacia afuera, supinadora.
Tip útil: Puedes hacerte un análisis gratuito en tiendas especializadas como ASICS, Nike o Adidas. ¡Y no duele nada!
Elegir zapatillas según tu pisada ayuda a prevenir molestias y asegura que el soporte sea el adecuado para ti.
2. ¿Vas por los 10K, 21K o te lanzaste con los 42K?
Cada distancia tiene sus propias exigencias, y eso se traduce en necesidades distintas en cuanto a calzado:
- 10K: busca algo liviano, ágil, que te permita moverte con velocidad y soltura.
- 21K: aquí ya necesitas un buen mix entre confort y rendimiento.
- 42K (¡la maratón completa!): la reina de las distancias exige zapatillas con alta amortiguación y mucha estabilidad. No hay espacio para errores ni para calzado que apriete, roce o te deje botada a medio camino.
3. ¿Eres nueva o ya corres como gacela?
- Principiante: necesitas más protección y estructura. Zapatillas con buena amortiguación, para que tu cuerpo se adapte sin sufrir.
- Intermedia: puedes explorar modelos más livianos, sin perder soporte.
- Avanzada: si ya tienes tus tiempos, probablemente sabes lo que te funciona. Pero ojo con experimentar con modelos “pro” justo antes del gran día.
4. ¿Tu meta es terminar bien o romper tu récord?
Esto también cambia las reglas del juego. Si tu foco es terminar con energía y sin lesiones, lo ideal es un modelo cómodo, con buena amortiguación y que ya hayas probado en entrenamientos largos.
Pero si estás buscando mejorar tu tiempo, puedes mirar zapatillas más técnicas, como las que incorporan placas de carbono o tecnologías de retorno de energía. Solo asegúrate de haberlas usado antes, ¡nada de estrenos el día de la carrera!
5. ¿Has tenido lesiones o molestias previas?
Rodillas, tobillos, fascitis… Si alguna de estas palabras te hace doler solo de leerlas, tu elección debe ser aún más cuidadosa. Zapatillas con mayor soporte, amortiguación reforzada y que respeten tu biomecánica son imprescindibles.
Y si tienes dudas, consulta con tu kinesiólogo o entrenador. Vale la pena invertir tiempo en esto ahora, para no pagarlo caro después.
Consejo de oro: no corras con zapatillas nuevas
Por muy tentador que sea, jamás estrenes calzado el día de la carrera. Las zapatillas deben estar probadas, idealmente con varios entrenamientos largos encima. Así, te aseguras que no haya roces, ampollas ni sorpresas en plena ruta.
Correr bien empieza por los pies
La Maratón de Santiago no es solo una carrera, es una fiesta, un desafío y una oportunidad de oro para superarte a ti misma. Y aunque el entrenamiento, la alimentación y la cabeza juegan un rol enorme, tus pies llevan la batuta.
Así que dedícale tiempo a elegir bien. Visita tiendas, hazte un análisis de pisada, conversa con otras corredoras, y entrena con las zapatillas que usarás el gran día. ¡Tus pies —y tu cuerpo entero— te lo van a agradecer!
¿Y tú, ya tienes tus zapatillas listas para la Maratón de Santiago? Cuéntanos en los comentarios cuáles usas o cuáles estás pensando en elegir. ¡Nos leemos!