En Chile hay alrededor de un 15% de la población fértil que no logra tener hijos y dentro de este grupo, se encuentran las mujeres que no pueden concebir con sus propios óvulos. Afortunadamente, hoy existe la donación de óvulos -mujeres que donan vida-; así que ya es real concebir tras adquirir óvulos de donantes anónimas… una solución palpable y esperanzadora para las parejas que buscan ser padres y no lo logran sin asistencia médica.
Hace aproximadamente dos meses la periodista, Carolina Eltit gritaba de emoción en el baño de su casa. Tras varios intentos fallidos de quedar embarazada, se enteraba de que su tratamiento de Ovodonación realizado en Clínica de la Mujer de Viña del Mar, había dado los resultados esperados: su tan deseado hijo.
“A los 32 años me diagnosticaron menopausia precoz, insuficiencia ovárica y un tumor de 9 centímetros que comprometía mi útero. Siempre quise ser mamá y por lo mismo, me sometí a diversos tratamientos y cirugías intentado cumplir mi sueño, pero la verdad es que nada había dado resultados hasta este último intento”, comenta Carolina.
El proceso consiste en la recepción de óvulos donados por otra mujer, los que son fertilizados con la muestra de espermios de la pareja receptora a través de una Fertilización In Vitro. De esta manera, el hijo o hija comparte material genético con el padre, mientras que la madre vivencia el embarazo, y aun cuando no aporta material genético original, existen mecanismos post genéticos que modulan y determinan el grado de expresión de los genes recibidos.
Además, el proceso de selección de la donante es muy riguroso. “La clínica se encarga de buscar a una donante con tu grupo sanguíneo, características físicas y le realizan un estudio físico y sicológico muy completo. Esos óvulos se fertilizan con los espermios de tu pareja y luego se transfiere el embrión en un proceso muy simple en pabellón”, detalla la periodista.
A pesar de su felicidad, Carolina Eltit explica que el proceso ha sido difícil, por lo mismo destaca la importancia del apoyo permanente de todo el equipo de la clínica y en especial de la psicóloga. Esta última es la encargada de ayudar a las parejas a manejar sus miedos y dudas, antes y durante el proceso, lo que es muy normal en este tipo de tratamientos.
“Para mí en un momento el panorama era desolador e incluso se me fueron las ganas de vivir; tenía sólo 33 años y planes de vida que no podría cumplir. Pero luego sentí que me volvió el alma al cuerpo. En la Clínica de la Mujer quedé embarazada en el segundo intento, fue muy rápido el tiempo que se demoraron en encontrar a mi donante de óvulos y luego en fertilizarlos con los espermios de mi pareja. Casi milagroso, nunca pensé que iba a resultar tan rápido”, son las palabras de Carolina tras encontrarse con un grupo humano que la ayudó a cumplir su sueño de toda la vida.
El Programa de Ovodonación nace para entregar ayuda terapéutica a las pacientes que no pueden embarazarse por sus propios medios y padecen enfermedades como menopausia precoz, edad avanzada, enfermedades genéticas o ausencia de ovarios de buena calidad. El espermatozoide que fecunda ese óvulo donado, proviene de la pareja de la mujer receptora. Ninguna mujer receptora conoce a las donantes, ni viceversa, es parte de las premisas de confidencialidad de dicho programa.
Si todo sigue normal, Carolina debería convertirse en madre a fines de noviembre, y esto no hubiese sido posible sin la generosidad de otra mujer…