Demasiadas ideas y prejuicios envuelven a la “comentada” dieta cetogénica. El boom de la dieta Keto (como se le conoce) indiscutiblemente está en la agenda pública y la rodean muchas interrogantes: ¿es totalmente restrictiva?, ¿elimina de tu vida todos los carbohidratos?, ¿implica largos ayunos?, ¿realmente ayuda a paliar efectos de enfermedades como la epilepsia refractaria, los problemas cardiovasculares y la diabetes?
Mito o realidad, lo cierto es que la Keto, ha sumado a sus filas a muchos famosos, que la siguen y se jactan en sus redes sociales de los increíbles resultados.
Las hermanas Kim y Kourtney Kardashian son uno de los casos emblemáticos. Kourtney Kardashian, de hecho, llegó a perder 27 kilos después de su embarazo. Del mismo modo, Halle Berry ha declarado que uno de sus secretos para verse espectacular a los 53 años es este régimen de alimentación, que la ha alejado de azúcares y carbohidratos, y la ha ayudado a superar la diabetes. A ellas se suman Adriana Lima, Vannesa Hudgens y muchas otras más que han hecho de la Keto su religión.
Pero ¿qué hay de cierto en los efectos de esta dieta? ¿En qué consiste? ¿Podemos aplicarla todos? ¿Moda o un estado metabólico natural?
Según asegura Bárbara Álamo, fundadora de Keto Club, “la Keto se centra en imitar nuestra línea evolutiva, disminuyendo los hidratos de carbono y alimentos procesados. Por tanto, implica un alto consumo de grasas, medio de proteínas y muy bajo en carbohidratos. Esto con el objetivo obtener la energía a través de la oxidación de las grasas”.
En cuanto al riesgo en que se traduce el consumo de grasas, la experta indica que “la grasa es fundamental para la salud porque apoya varias de las funciones del cuerpo como la constitución de partes de las membranas celulares y hormonas, transporte de vitaminas liposolubles y además le suministra energía al cuerpo. Las prohibidas son las llamadas grasas trans”.
Por su parte, la doctora Paulina Vega, del centro Neoser, médico cirujano especialista en medicina funcional, destaca que una dieta low carb “además de ayudar a perder peso al desencadenar la cetosis, un estado metabólico en el que el cuerpo utiliza la grasa almacenada como fuente de energía, hace un gran trabajo a la hora de regular el apetito. Investigadores encontraron que la hormona que regula el hambre, la leptina, se ve positivamente afectada, lo mismo que aquella que mejora la sensibilidad a la insulina, el glucagón, lo que en definitiva mejora nuestra flexibilidad metabólica”.
Tal es el boom de la Keto, que en todos los países existen referentes que han dedicado sus carreras a estudiar los efectos de este estilo de vida. Miriam Kalamian, de EE.UU., lleva una década ayudando a enfermos de cáncer tomando la comida como medicina, lo cual plasmó en el caso de su propio hijo y en su libro “Keto for Cancer”. Josh Perry, también norteamericano y Ciclista BMX profesional, ha esparcido por el mundo su lucha contra los tumores cerebrales y cómo al comenzar la dieta cetogénica, este mal se frenó, recuperando además sus niveles energéticos.
A nivel regional, el doctor Carlos Jaramillo de Colombia, médico cirujano y experto en Medicina Funcional, se ha enfocado en encontrar la cura de raíz de las enfermedades crónicas basándose en esta última. Y en Argentina, el psiquiatra Ignacio Cuaranta, ha planteado cómo este estilo de vida es una estrategia válida para recobrar los parámetros saludables y prevenir el deterioro asociado a altos niveles de estrés.