Carolina Herrera lanza una nueva fragancia femenina, Good Girl Eau de Parfum Suprême, un homenaje a nuestra personalidad más irreverente, el perfume más irresistible de Good Girl. Con su osada fórmula -que replantea las normas de la perfumería–, esta nueva fragancia femenina nos invita a romper lo establecido. Suprême reinterpreta el mítico contraste olfativo de luces y sombras que hizo famosa a la primera fragancia de Good Girl (2016) con una fórmula explosiva que redefine un acorde emblemático de Carolina Herrera: el Jazmín.
Estas flores blancas sacan su lado más travieso al combinarse con la exuberancia de las Frutas del Bosque y con altas dosis de Haba Tonka. La luminosidad del Jazmín de Egipto se convierte en osadía al fusionarse con la oscuridad de un dúo irreverente: con la opulenta sensualidad del Haba Tonka y la intensa jugosidad de la Frutas del Bosque. Un juego de opuestos que nos anima a dar un giro de tuerca a los estereotipos.
“Good Girl es un homenaje a nuestra dualidad, a nuestras luces y sombras. Ser conscientes de nuestra versatilidad nos hace fuertes. Creo que para ser nosotras mismas debemos abrazar todas nuestras facetas. Y por supuesto, también nuestra irreverencia. A veces es necesario romper las reglas”, afirma Carolina A. Herrera, directora creativa de Belleza de la casa. Y añade: “La parte de nuestra personalidad más traviesa es poderosa y seductora. Hace tiempo que quería crear un perfume que nos reconectara con nuestra rebeldía: ¡porque, It’s so good to be Bad!”. Good Girl Eau de Parfum Suprême es el resultado.
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Un Oriental exuberante. Con el fin de capturar nuestra fabulosa personalidad hecha de aristas, nace Suprême, un nuevo Good Girl excesivo basado en una fórmula opulenta. Este Oriental gourmand, con ingredientes exquisitos y una novedosa estructura, reinventa su categoría olfativa.
Las Frutas del Bosque, en la salida, avivan nuestra picardía…
“Tienen un cariz goloso que nos permite viajar a la infancia”, explica Louise Turner, perfumista.
Su carácter almizclado realza la vertiente afrodisíaca del Jazmín de Egipto presente en el corazón. Es la primera vez que se incorpora este ingrediente, con tal variedad de intensos matices, en un perfume de la casa.
Este dúo emblemático seduce aupado por las texturas cálidas y cremosas del Haba Tonka, presente en la base, y cuya concentración es más alta en Suprême que en otras versiones de Good Girl. Este ingrediente, empleado tradicionalmente en la perfumería masculina, se alía a otro acorde característico de esta categoría: el Vetiver. Este ingrediente sublima en el acto y redondea la fragancia modernizándola. “Es elegante y recuerda a las burbujas del champán”, comparan los perfumistas. La incorporación de esta pareja única en la base del perfume reinventa los Orientales florales.
El poder seductor del negro y el glitter. Por fuera, Good Girl se viste de un degradado que vira del negro al glitter (el zapato) y dorado (el tacón). Cada uno de estos colores evoca valores de la casa.
El negro, con todos sus matices, es impactante y sofisticado. Inigualable, esconde más de lo que muestra. Como las femmes fatales a las que Carolina Herrera dedicó su debut como diseñadora en 1981, el negro es un icono. Es misterioso y seductor a la par de travieso y juguetón. Este tono, emblemático en el pantone de Carolina Herrera, es tan versátil como la personalidad femenina. Además, magnifica todo lo que toca. Realza todos los colores a la par que estiliza.
El glitter, como nuestra personalidad única y cambiante, se compone de piezas cuyo reflejo varía dependiendo de la luz. Toda una alegoría de nuestro poder de seducción y nuestra naturaleza camaleónica. Los tonos metalizados, sofisticados y sibaritas, son también un clásico de la casa.
El dorado, divertido y fabuloso, es otro de los emblemáticos tonos de la casa.
La horma perfecta. Nuestra imaginería está plagada de zapatos. “Pueden funcionar como amuletos. Hay mucho de cierto en la cita de Bette Midler que nos recuerda que, si le damos a una mujer los zapatos perfectos, conquistará el mundo”, opina Carolina A. Herrera. Esta alegoría de la feminidad poderosa nos demuestra que lo femenino y el poder no están reñidos. “El estilo insufla glamour y seguridad.
¿Quién ha dicho que una mujer estilosa no pueda ser una líder?, Carolina A. Herrera.