Ante la pregunta “¿Cómo estás?”, normalmente la respuesta es “¡Estoy bien!”, incluso si quien responde se siente completamente estresado y abrumado. La idea de una respuesta más honesta, como, “en realidad, estoy lidiando con mucho estrés en este momento y me vendría bien un poco de apoyo”, nos parece que puede resultar demasiado aterradora y vulnerable. Lo mejor es que hablemos honestamente sobre el estrés.
¿Por qué es tan importante hablar honestamente sobre el estrés? ¿Cómo es que puede resultar más fácil lidiar con el estrés si se es franco sobre lo que estás viviendo? Y si no estás acostumbrado a hablar de este tema, ¿cómo puedes abrirte y comenzar a hablar de manera más honesta y auténticamente sobre el estrés en tu vida?
“Nuestros cuerpos continúan aferrándose a los sentimientos y emociones que no liberamos”, comenta Morgan Goulet, terapeuta matrimonial y familiar con licencia con sede en California: “El estrés prolongado es particularmente dañino para el cuerpo”, señala, pues cuando estás lidiando con un estrés prolongado, puedes poner tu cuerpo en un estado crónico de lucha, miedo o congelación, lo que puede obstaculizar su capacidad para concentrarse y hacer las cosas.
No querer o no poder hablar honestamente sobre el estrés también puede aislarte de las personas que te rodean y evitar que obtengas el apoyo que necesitas para manejar tus sentimientos abrumadores y llegar a un lugar mejor, más saludable y menos estresante. “Si no dejamos que la gente sepa cómo nos sentimos realmente, no podremos obtener el apoyo o la ayuda que podamos necesitar”, añade Goulet.
Los beneficios de hablar honestamente sobre el estrés. Claramente, no hablar con sinceridad de este tema puede tener serias consecuencias. En cambio, abrirse sobre el estrés que experimentas tiene beneficios igualmente importantes.
Hablar honestamente sobre el estrés te puede ayudar a obtener apoyo. Primero, al hablar abiertamente sobre tu estrés les das a las personas en tu vida una idea de cómo lo estás viviendo y les haces saber que es posible que necesites un apoyo adicional.
Hablar honestamente sobre el estrés puede fortalecer tus relaciones. Hablar más sinceramente del estrés que estás experimentando también puede ayudarte a tener relaciones de una manera más auténtica, lo que en última instancia puede fortalecer esas relaciones y acercarte a las personas que forman parte de tu vida.
“Compartir con las personas adecuadas crea relaciones mejores y más profundas, y permite que otros sean un apoyo cuando más lo necesitamos”, expresa la Dra. Julie Gurner, doctora en psicología y entrenadora de desempeño ejecutivo en Nueva York. “Si quieres estar ahí para los demás, es importante permitir que otros estén ahí para ti”.
Hablar honestamente sobre el estrés puede validar tu experiencia y validar la experiencia de los demás. Comentar abiertamente sobre experiencias o sentimientos estresantes también puede hacer que te sientas menos solo. Cuando compartes tu estrés con otras personas, “pueden validar, empatizar o normalizar tus sentimientos, lo que se siente bien y conduce a generar confianza”, dice Goulet.
Y esa experiencia de validación puede ir en ambos sentidos. “A medida que comienzas a ser más abierto y honesto, la otra persona comienza a desarrollar más confianza en ti y puede compartir, a su vez, cómo se siente”, menciona Goulet.
“Aprender el lenguaje de la comunicación honesta sobre nuestras emociones no solo nos ayuda a sanar, sino que valida experiencias similares de otros”, señala el especialista.
Hablar honestamente te puede ayudar a superar tu estrés y hacer los cambios que necesitas para vivir una vida menos estresante. Es imposible lidiar con el estrés si no lo reconoces. Al reconocer y hablar sobre tu estrés, puedes comenzar a lidiar con él y averiguar qué cambios necesitas hacer para aliviarlo y comenzar a sentirte mejor.
¿Cómo empezar a hablar más abiertamente sobre el estrés?
Busca una persona con la que te sientas seguro. ¿Quién crees que te apoya sin importar en qué? Una vez que hayas descubierto con quién te sientes cómodo hablando, comienza compartiendo una situación estresante o con lo que estás lidiando, y sé lo más abierto posible sobre los detalles. Por ejemplo, en lugar de decir “Me siento tan abrumado”, intenta decir: “Me siento tan abrumado tratando de equilibrar el trabajo y el cuidado de los niños en este momento… ¿cómo lo estás manejando tú?”.
Cuando compartes los detalles de lo que está pasando, “en lugar de simplemente obtener simpatía, obtendrás empatía, y alguien que podría darte algunos consejos específicos para ayudarte a navegar”, señala Gurner.
Si hay algo que esa persona pueda hacer para ayudarte a lidiar con el estrés, también aprovecha su conversación como una oportunidad para pedir ayuda. “Identifica si hay algo que alguien pueda hacer para ayudarte a disminuir tu estrés”, menciona Goulet. “¿Sería útil que alguien recoja a los niños algún día, extienda una fecha límite en el trabajo o almuerce contigo? ¡Pregúntales!”, precisa.
Una vez que te sientas más cómodo hablando honestamente sobre el estrés con tu persona “segura”, puedes (¡si lo deseas!) comenzar a abrirte a más personas cercanas. Y en lugar de mantener el estrés reprimido (y lidiar con las consecuencias que lo acompañan), comparte lo que estás pasando con las personas que amas y experimenta los beneficios que provienen de esa apertura.
En ocasiones, un terapeuta o un profesional de la salud mental capacitado puede ser un gran recurso, para escucharte, ayudarte a superar tus sentimientos de estrés y encontrar soluciones que te ayuden a lidiar mejor con los sentimientos y experiencias estresantes.
Otra opción que tienes es la de utilizar la tecnología a tu favor, por ejemplo, puedes apoyarte con el smartwatch Fitbit Sense, que es un dispositivo de salud avanzado que ayuda a sincronizar el cuerpo gracias a sus herramientas de control de estrés, salud cardiaca, Sp02 y temperatura cutánea, de este modo, podrás llevar un registro de en qué nivel se encuentra tu estrés y poder trabajar para mejorarlo. Adicionalmente, con la aplicación de Fitbit Premium puedes ingresar a sesiones de meditación enfocadas en controlar el estrés, dormir bien, etc. Y, posteriormente, puedes revisar tus métricas para conocer cómo vas mejorando tu salud, calidad de sueño y cómo comienzas a ver beneficios en tu puntuación del estrés.
El estrés es parte de la vida. Pero hablar abierta y honestamente sobre él es el primer paso para manejarlo, procesarlo y llegar a un lugar mejor (¡y menos estresante!).