Fernanda Levine sorprende con una reinvención de su pintura. Con más potencia que nunca deja toda su energía en una temática sencilla. Solo Levin puede llenar de significado e ímpetu imágenes tan delicadas y recurrentes como las flores.
Hace 8 meses la artista se reencontró con su trabajo dando un giro pictórico importante. Siempre se reconoce su trazo y atrevimiento en el uso de la técnica mixta. En la mayoría de sus obras mantiene la fotografía como base, que luego interviene con acrílico; en otras, ha experimentado con collage e incluso hay flores de esta serie que son a puro pulso, manchas, pinceladas gruesas que dejan copiosa textura y finalmente forman la imagen de una flor.
Levine venía de la serie Summer, playas y paisajes que se relacionaban con la temática de la migración. Al interiorizarnos de su nuevo trabajo se puede interpretar que’ Rosa Espinoza’ es continuidad, madurez, una evolución más en su trayectoria. Fernanda Levine migra en su pintura y renace, de una u otra manera para regresar a su origen, a su mancha, incorporando alegría, ciclos, cuidado, familia…
¿Qué significa para ti esta serie?
Fue volver a encontrarme y colocar toda la pasión en mi trabajo.
¿Por qué estás pitando flores?
Por varias vivencias personales que me enfocaron nuevamente en mi pintura, con una energía sorprendente. Anecdóticamente puedo contar que siempre le quise poner Rosa a mi hija y no pude porque el apellido es Espinoza. Esta fue la ocasión para apropiarme del nombre y apellido, es un giño con humor.
¿Hay algún concepto que sostiene a ‘Rosa Espinoza’?
Todo mi trabajo se da después de experimentar. Esta vez partí pintando los ramos de novias de mis amigas, me puse a estudiar y descubrí que las flores funcionan como los seres humanos, tienen 5 sentidos o más, las flores protegen a sus pares; frente a una peste ellas mandan moléculas a kilómetros y kilómetros para avisar del peligro. Hay harta investigación y experimentación que sostiene esta obra.
¿Cómo sientes la recepción de este trabajo?
Ha sido bien loco, mucha gente piensa ‘qué lindo está pintando flores’. Probablemente no ven nada más, pero se ha vendido súper bien, es muy ‘gusto’ de mujeres y me ha llamado la atención que a las niñitas les encanta, debe ser por los colores. A nivel profesional me siento súper feliz, vengo llegando de una feria en Seattle -representando a Black Gallery Canadá, Vancouver: www.backgalleryproject.com – y con mucho éxito. También hay parte de mi obra en las galerías nacionales MUTT, Cecilia Palma y participé también en Art Santiago.
¿Cómo fue la experiencia en la feria de Seattle?
Seattle Art Fair es una feria bien exclusiva, la organiza Paul Allen, fundador de la empresa Microsoft. Eran las 60 galerías más reconocidas del mundo y reunía los mejores trabajos, un deleite para coleccionistas. Fue sumamente enriquecedor, cuatro días alucinantes, la gente interactuaba, me preguntaba y agradecía… acá en las galerías por lo general el público se limita a observar. Pasa además que en Chile muchas personas no entienden esta serie -la sienten común- y en Seattle causó gran interés. Fue súper bonito, por ejemplo, que mucha gente se sacara selfies con mi obra instalada en la vitrina.
¿Qué es Imigrant?
Un experimento más, como el que hice años anteriores con Face look. Fue una experiencia divertida porque el público adulto no comprendía. En Art Santiago pasó que no leían Imigrant, solo veían INSTAGRAM. Pero es parte de lo que me gusta hacer, probar e introducir mi pintura también en una lectura sociocultural.
Fernanda cierra: “…es difícil pintar flores, yo tengo mancha y eso produce movimiento en las flores…¡están bien hechas! Siento que se ha reconocido, en esta serie, la fuerza de mi pintura. Este trabajo tiene mucho significado a nivel emocional para mí, ‘Rosa Espinoza’ es mi renacer como artista…”
