Si sales con tu perro a plazas o cualquier área verde del barrio, seguro te ha pasado más de una vez: tu perro se acerca al pasto, lo huele un rato… y empieza a comérselo como si fuera una ensalada gourmet.
Y ahí empiezan las dudas: ¿estará con dolor de guatita?, ¿se siente mal?, ¿le falta algo en la dieta?, ¿o simplemente lo hace por entretención?

Aunque es un comportamiento súper común, lo curioso es que aún no existe evidencia científica concluyente que explique por qué lo hacen. Se manejan teorías, sí, pero certezas absolutas, casi ninguna. Lo que sí se sabe es que, como tutoras responsables, debemos poner atención cada vez que nuestra mascota decide darse un “picoteo” verde.

¿Entonces por qué comen pasto?

Hay varias hipótesis que intentan explicar esta conducta:

1. Malestar estomacal

Es la teoría más popular: muchos perros comen pasto cuando sienten alguna molestia digestiva o cuando necesitan inducir el vómito. Pero ojo: no todos los perros vomitan después de hacerlo, así que no es una regla.

2. Estrés o ansiedad

En ciudades como Santiago, donde nuestros perros conviven con ruido, mucha estimulación y rutinas ajustadas, el pasto puede servir como una forma de regulación emocional.

3. Aburrimiento o entretención

Para algunos, simplemente es un pasatiempo. Les llama la atención la textura y la sensación al masticarlo.

4. Instinto

Hay estudios que sugieren que este comportamiento podría tener raíces instintivas heredadas de los lobos, que consumían materia vegetal al ingerir presas completas.

Ninguna de estas hipótesis es definitiva, pero sí ayudan a entender que el pasto puede cumplir distintos roles para nuestros perros.

Un hábito común, pero no siempre inofensivo

El Médico Veterinario y Gerente General de Inaba Chile, Axel Haleby, recomienda estar muy atentos:
“Es importante observar muy de cerca a nuestros perros cuando digieren pasto o hierba. Especialmente en parques o lugares públicos, desconocemos si esos vegetales fueron tratados con químicos. Controlar lo que comen es de gran relevancia”, señala.

Y tiene razón. En ciudades grandes como Santiago, muchos parques y áreas verdes son tratados con fertilizantes, pesticidas o productos de mantención que no siempre están a la vista. Esos químicos pueden generar intoxicaciones, irritación estomacal o problemas más graves.

Por eso, aunque no es necesario prohibirles comer pasto —sobre todo si lo hacen ocasionalmente— sí es fundamental supervisar y evitar que lo hagan en lugares desconocidos.

Si tu perro come pasto con frecuencia

Aquí la recomendación es clara: obsérvalo, porque si lo hace todos los días o varias veces a la semana, puede que esté buscando algo que su rutina no le está entregando.

Algunos perros comen pasto como una forma de calmarse o de gestionar la ansiedad. Otros lo hacen por una necesidad sensorial. En cualquiera de los casos, existen alternativas que pueden ayudar a disminuir esta conducta sin necesidad de prohibirla de forma estricta.

Alternativas saludables para reemplazar el pasto

Una opción que ha ganado espacio en Chile son los snacks húmedos y saludables, como Churu, originalmente creados para gatos pero que hoy cuentan con versiones especiales para perros de todas las edades.

¿Por qué funcionan?

• Son húmedos, lo que ayuda con la hidratación.
• No tienen sal añadida.
• Funcionan como un premio o incentivo durante el día.
• Pueden disminuir la ansiedad o el estrés.
• Su textura es suave, atractiva y muy distinta a los snacks tradicionales.

Axel Haleby destaca un punto clave:
“Los snacks saludables están preparados con estándares de grado humano, lo que garantiza que cada tubo contiene ingredientes saludables que los hidratan mientras los divierten, además de quitarles ansiedad”.

Este tipo de alternativas no sólo reemplaza la necesidad de “masticar algo” o de tener una experiencia sensorial distinta, sino que además se convierten en una herramienta para fortalecer el vínculo con nuestras mascotas.

Más que un snack: un momento para conectar

Una de las ventajas de los productos húmedos es que se pueden usar en varias dinámicas durante el día:

• Como premio después del paseo.
• Para reforzar un entrenamiento.
• Para calmar momentos de estrés (ruidos, visitas, viajes).
• Simplemente para compartir un rato agradable con tu perro.

Incorporarlos a la rutina también ayuda a reducir episodios de consumo de pasto, porque ofrecen una alternativa segura y controlada a esa necesidad de masticación o estimulación.

¿Debo llevarlo al veterinario?

Hay señales que sí ameritan consulta:

• Si come pasto compulsivamente.
• Si vomita con frecuencia después de hacerlo.
• Si muestra dolor abdominal o cambios en el apetito.
• Si tiene diarrea o letargo.

Cuando la conducta es ocasional y no hay otros síntomas, suele ser normal. Pero ante la duda, siempre es mejor consultar.

Que un perro coma pasto no es algo extraño. Puede hacerlo por curiosidad, por rutina, por instinto o porque necesita liberar energía o ansiedad.
Lo importante es supervisarlo, cuidar que no consuma pasto tratado con químicos y ofrecer alternativas saludables que lo mantengan estimulado y contenido.

La vida con nuestros perros en Santiago es cada vez más activa, más urbana y más intensa. Por eso, comprender sus conductas —incluso las más curiosas— nos ayuda a acompañarlos mejor y a cuidarlos con responsabilidad.