Siempre es importante recordar que el uso correcto de fotoprotección antes de los 20 años puede reducir en el 80% el riesgo de padecer cáncer de piel. Se puede prevenir el cáncer de piel con una buena fotoprotección. Otro mensaje importante es que el 90% de los cáncer de piel puede curarse si aquellos se detectan a tiempo.
Cuáles son sus causas y factores de riesgo de un melanoma
Uno de los principales efectos negativos de la exposición solar es la aparición de lesiones en la piel. Estas lesiones pueden ser precancerosas o cancerosas. Entre las cancerosas, encontramos el melanoma.
El melanoma es un tumor maligno de la piel, originado en los melanocitos (las células que dan color a la piel) y es el tipo de cáncer de piel más agresivo y peligroso. Su principal causa es la exposición excesiva e inadecuada al sol, junto a factores genéticos.
Cada año aumenta el diagnóstico de nuevos casos de melanoma, que son el doble que hace 30 años.
El primer signo de un melanoma es un cambio de tamaño, forma, color o textura de un lunar y pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, pero es más habitual encontrarlos en piernas, espalda y escote.
Factores de riesgo
Cualquier persona puede desarrollar cáncer de piel aunque no tenga un factor de riesgo, pero las probabilidades de padecerlo aumentan en personas que:
Tienen la piel clara
Han sufrido quemaduras solares en la infancia
Pasan muchas horas al sol (por ocio o trabajo)
Se exponen al sol de forma intensa en cortos períodos de tiempo (vacaciones)
Utilizan o han utilizado cabinas de bronceado.
Presentan más de 50 lunares
Tienen una historia familiar de cáncer de piel
Tienen más de 50 años
Han sido trasplantadas de algún órgano
¿Cómo podemos prevenir el melanoma?
Es importante examinar la piel de todo el cuerpo de manera regular, esto puede ayudarte a identificar cualquier lunar o mancha anormal y acudir al dermatólogo para que nos haga una exploración dermatológica.
Para detectarlas es útil seguir la técnica “ABCDE”:
Asimetría: el contorno de una mitad del lunar no es igual al otro.
Bordes: los bordes son desiguales, borrosos o irregulares.
Color: el color es disparejo y puede incluir tonalidades negras, cafés y canela.
Diámetro: hay cambios en el tamaño, generalmente se vuelven más grandes. Si tienes lunares de más de 6 mm y estos han sufrido algún tipo de cambio, debes consultar lo antes posible con un dermatólogo para estudiarlo.
Evolución: cualquier cambio en el lunar en las últimas semanas o meses.
Fuente: ISDIN