¿Sabes qué riesgos enfrentas cuando vas a la barbería?

Las infecciones (por hongos, bacterias o virus) son uno de los mayores riesgos de atenderse en barberías donde existe humedad frecuente y aseo deficiente. La gravedad de estas puede variar según el agente causal y las características individuales del paciente.

La masificación de las barberías ha traído consigo un auge en el cuidado personal masculino, pero también ha generado preocupación por las prácticas higiénicas en algunos de estos establecimientos. Muchos se cuestionan qué tan limpias son, ya que la falta de cumplimiento de las normas sanitarias puede poner en riesgo la salud de los clientes, especialmente de la piel y el cabello. 

Según datos del Servicio de Cooperación Técnica, se estima que hay 22 mil barberías en Chile y 15 mil están en la Región Metropolitana (de acuerdo con el registro del Servicio de Impuestos Internos). El auge de estos locales en nuestro país se debe a varios factores, como el aumento de la demanda de servicios de cuidado personal masculino, la mayor disponibilidad de productos de barbería y la creciente popularidad de las redes sociales, que han permitido a los barberos promocionar su trabajo y llegar a nuevos clientes. 

Sin embargo, es difícil llegar a una cifra exacta de cuántas barberías operan en la región, ya que muchas funcionan en forma informal y no se registran en ninguna cámara de comercio o asociación. Esto, muchas veces se asocia con el lavado de dinero y, por lo tanto, a un negocio inestable, poco profesional y riesgoso en cuanto a higiene. 

Riesgos 

La reutilización de materiales cortopunzantes (como cuchillas, navajas, máquinas de afeitar, etc.), la falta de desinfección de equipos y el uso de productos de baja calidad son algunas de las prácticas riesgosas que se usan comúnmente en las barberías o peluquerías que no siguen los protocolos de higiene adecuados. 

“El uso de productos químicos de mala calidad o de dudosa procedencia pueden provocar dermatitis irritativa o alérgica. También pueden existir quemaduras químicas o físicas, asociadas al uso de productos cosméticos, conexiones eléctricas deficientes o uso de máquinas en mal estado”, afirma la Dra. Nicole Jadue, dermatóloga de Clínica INDISA.

“Las infecciones (por hongos, bacterias o virus) son uno de los mayores riesgos de atenderse en barberías donde la humedad es frecuente y el aseo deficiente”, admite la doctora. “La gravedad de las infecciones puede variar según el agente causal y las características individuales del paciente”, añade. 

Para minimizar estos riesgos, la dermatóloga de INDISA recomienda poner especial cuidado en la limpieza del local antes de entrar, verificar la esterilización de los instrumentos y revisar el estado de las toallas y capas. También, se debe comprobar la higiene del personal y asegurarse del uso de productos de calidad.

Síntomas de infección

La doctora explica que cualquier práctica que implique el uso de “materiales compartidos” que no han sido previamente sanitizados, como tijeras, navajas, peines o máquinas rasuradoras, son un riesgo potencial para la salud de la piel y el cabello. Lo mismo sucede con el material empleado para las manicuras o pedicuras. El ideal sería que todos los materiales sean desechables o, al menos, sanitizados entre cada cliente. A su vez, la dermatóloga de Clínica INDISA aconseja estar atentos a posibles alertas de infección:

• Picazón o ardor intenso o que persista en el tiempo. 
• Aparición de pápulas o pústulas (lesiones similares a las espinillas) en cuello, barba o cuero cabelludo. 
• Caída del pelo y/o aparición de escamas o caspa en áreas tratadas. 
• Piel enrojecida y caliente, puede sentir dolor a la palpación.
• Aparición de costras o ampollas. 

¿Cómo prevenir?

La doctora aconseja, que es importante buscar certificación ministerial de los lugares donde uno se atiende, más allá de recomendaciones publicitarias, de amigos, familiares o redes sociales, ya que las infecciones de piel contagiosas pueden ser leves, como piojos o infecciones por hongos, o graves, como hepatitis B, C o VIH. Además, entrega las siguientes recomendaciones:

• Evitar la reutilización de elementos personales que no hayan sido previamente sanitizados. 
• Asegurarse de que los implementos a utilizar de uso común (sobre todo maquinarias), sean sanitizados entre clientes, ya que la transmisión de estas infecciones se produce por contacto directo con la piel infectada o con elementos contaminados, como peines, navajas o rasuradoras. 
• En caso de usar elementos cortopunzantes, emplear opciones desechables, siempre que sea posible. 
• Utilizar productos certificados por la autoridad competente y de alta calidad. 
• Comunicar al barbero cualquier alergia o condición médica. 
• Observar atentamente las prácticas del barbero durante el servicio y, en caso de sospecha, no dudar en preguntar o buscar otra barbería.
• Denunciar prácticas antihigiénicas. 
• No acudir si se tienen lesiones cutáneas previas o alergias que no están resueltas (una piel irritada o inflamada es siempre más vulnerable a contraer infecciones que una barrera cutánea indemne).
• Siempre fijarse o exigir que las máquinas o implementos que se vayan a emplear sean abiertos frente a ellos para demostrar que están sanitizados o en su defecto que sean productos desechables que se eliminen tras su utilización. 

Población de riesgo

Cualquier persona es susceptible de contraer infecciones o dermatitis en lugares donde las condiciones higiénicas no son las deseables, siempre existirán grupos de riesgo que son más vulnerables a este tipo de situaciones:

• Inmunosuprimidos. 
• Niños. 
• Embarazadas. 
• Adultos mayores. 
• Pacientes en quimioterapia. 
• Trasplantados.
• Portadores de enfermedades inflamatorias cutáneas: psoriasis, dermatitis atópica, rosácea, lupus, etc. 
• Portadores de condiciones cutáneas transitorias como: quemaduras, alergias, heridas y abrasiones. 

La relevancia de las regulaciones y la supervisión por parte de las autoridades sanitarias, pero también en la responsabilidad de los clientes de denunciar cualquier práctica antihigiénica que observe. Para la profesional existen ciertos factores indispensables que se deben revisar sí o sí a la hora de revisar la higiene de una barbería:

• Que cuente con los permisos sanitarios para funcionar (tanto para el lugar como para sus trabajadores), así como con la certificación mensual o según corresponda de mantenciones pertinentes (sanitización, desratización, etc.). 
• Que posea lugares señalizados, como áreas limpias destinadas a la preparación de los materiales y áreas sucias (separadas de las áreas limpias), donde se realice el lavado y desinfección del material empleado o el almacenamiento transitorio del material sucio en espera de su eliminación o sanitización, según corresponda. 
• Que los cajones de cada profesional sean personales, estén aseados y permitan visualizar que los elementos a emplear estén limpios o sean desechables.

Consejos de un experto

Jota Master Barber, barbero de celebridades internacionales con más de 15 años de experiencia profesional, resume los principales riesgos y sus respectivas recomendaciones:

“Si llevas tiempo con el mismo barbero y él sigue trabajando con la misma máquina con la que lo conociste, debes emigrar y buscar alguien que se preocupe de darte las garantías de calidad y seguridad en cada servicio”, advierte el barbero.

La masificación de las barberías que estamos viviendo actualmente debe ir siempre de la mano de un compromiso con la salud y la seguridad.