Junio es el Mes del Lipedema: ¿Podrías tenerlo sin saberlo?
¿Alguna vez has sentido que por más que haces dieta o ejercicio, tus piernas siguen siendo desproporcionadas respecto a tu cuerpo? ¿O que te salen moretones sin razón aparente? Bueno, tal vez no es solo “grasa difícil de bajar” o “retención de líquidos”. Podría ser Lipedema, una enfermedad crónica y poco diagnosticada que afecta mayoritariamente a mujeres.
Sí, leíste bien: no es que tu cuerpo esté “mal” o que no te estés esforzando lo suficiente. Puede que estés lidiando con una condición médica real, reconocida por la OMS desde 2018, pero que sigue siendo un misterio para muchos médicos y peor aún, para la mayoría de nosotras.
¿Qué es el Lipedema?
El Lipedema es una enfermedad progresiva que se manifiesta en una acumulación anormal y dolorosa de grasa, principalmente en las piernas y brazos, aunque sin afectar manos ni pies. A simple vista, puede confundirse con obesidad o linfedema, pero tiene síntomas únicos y un comportamiento muy distinto.
En Chile, se estima que cientos de mujeres podrían tener esta condición sin saberlo. Y si bien no hay cifras exactas, se calcula que hasta el 11% de las mujeres a nivel mundial podría vivir con Lipedema. O sea, probablemente tú o alguna amiga cercana podrían estar dentro de esa estadística sin siquiera sospecharlo.
“No es solo grasa localizada”
Eso nos aclara Ledda Pérez, kinesióloga experta en Lipedema y cofundadora de Clínica Lipedema WAL Chile, quien lleva años trabajando con mujeres que han vivido mucho tiempo en silencio, sin respuestas claras ni tratamientos adecuados.
“El Lipedema no es simplemente grasa localizada. Es una enfermedad que requiere un diagnóstico específico y un tratamiento multidisciplinario. Muchas mujeres sufren por años sin respuestas”, nos cuenta Ledda.
Y es que una de las grandes barreras ha sido la invisibilidad médica. El desconocimiento de muchos profesionales hace que las pacientes pasen por nutricionistas, endocrinólogos e incluso psicólogos, sin encontrar alivio.
¿Tienes Lipedema? Hazte estas 10 preguntas clave
Desde Clínica Lipedema WAL Chile están haciendo un llamado urgente a poner atención a los síntomas. Si respondes afirmativamente a varias de estas preguntas, lo mejor es que busques una evaluación médica especializada:
- ¿Tu parte superior del cuerpo es visiblemente más delgada que tus piernas?
- ¿Notas tu piel más áspera de lo habitual?
- ¿Tus síntomas empeoran con el calor, especialmente en verano?
- ¿Tus manos y pies están normales, pero tus piernas están más afectadas?
- ¿Sientes dolor o molestia al tacto en ciertas zonas?
- ¿Subiste de peso repentinamente después de la pubertad, embarazo o menopausia?
- ¿No notas cambios en esas zonas a pesar de hacer dieta o ejercicio?
- ¿Te salen moretones con facilidad y sin saber por qué?
- ¿Otras mujeres en tu familia presentan síntomas similares?
- ¿Has ido a varios médicos sin tener un diagnóstico claro?
Si dijiste “sí” a varias, no te alarmes, pero tampoco lo dejes pasar. El Lipedema no se cura, pero sí se puede tratar para mejorar tu calidad de vida, prevenir su avance y, sobre todo, recuperar la autoestima.
El diagnóstico no debería tardar años
La doctora María Elsa Calderón, cirujana plástica y también cofundadora de Clínica Lipedema WAL Chile, destaca que uno de los grandes problemas es el diagnóstico tardío.
“La detección temprana permite tratar el Lipedema de manera efectiva, evitar su avance y mejorar la calidad de vida. Lamentablemente, muchas mujeres llegan tarde al diagnóstico después de años de frustración”, comenta.
En Chile, la Clínica WAL es pionera en abordar esta patología desde un enfoque integral, combinando tratamientos no invasivos, cirugía cuando es necesario, y sobre todo, educación para que cada mujer entienda lo que le pasa.
¿Y ahora qué?
El primer paso es informarse. Si algo de lo que leíste te hizo ruido, compártelo. Tal vez tú estás bien, pero esa amiga que siempre dice que tiene “piernas grandes desde chica” no sabe que podría tener Lipedema.
También puedes seguir a @clinicalipedemawalchile en Instagram, donde comparten información, testimonios y orientación para pacientes.
Y recuerda: tu salud no se mide por el número en la balanza, sino por cómo te sientes y cómo te tratan cuando buscas ayuda. Si llevas años sin respuestas, quizá es hora de empezar a hacer las preguntas correctas.
