¿Qué tipo de calefacción elegir este invierno? En promedio, más del 60% del gasto mensual de energía en invierno es para calefacción, según datos del Ministerio del Medio Ambiente. Es un ítem que sin duda se debe atender porque, además, cuando es ineficiente, favorece el aumento descontrolado de las boletas de electricidad.
“Para no pasar frío ni pagar montos alarmantes en el sistema de calefacción a elegir, lo primero que se debe hacer es sellar puertas y ventanas, y aislar techos y muros, de tal forma que el calor no se escape por ningún lado. Luego de esto, es necesario buscar el método que mejor se adapte a las características del hogar. Hoy en día, existen múltiples opciones en el mercado, que te permiten ahorrar energía y tener un ambiente libre de contaminación sin sacrificar calor”, comenta Paulina Vidal Heimpell de Sodimac.
Se recomienda considerar no solo el costo inicial del sistema ya que para elegir correctamente hay que contemplar distintos criterios de costos, inversión, contaminación y eficiencia energética. Es mejor preferir las estufas de marcas reconocidas y certificadas, y muy importante fijarse en sus emisiones contaminantes.
¿Qué sistema escoger?
Parafina: es uno de los combustibles más baratos y el consumo de las estufas que la usan es fácil de controlar. Sin embargo, hay que rellenarlas constantemente por lo que se debe tener especial cuidado en el buen uso para no provocar accidentes. Requieren mantención cada cierto tiempo para limitar la contaminación intradomiciliaria. Es recomendado usar estas estufas en lugares con buena ventilación como living y comedor, pero no es aconsejable en dormitorios.
Electricidad: hay estufas eléctricas de diferentes tecnologías, pero no se tiene que olvidar que hay unas más seguras que otras en presencia de niños. Si bien no producen contaminación al interior de las viviendas, tienen un potencial calórico más bajo y suelen generar un gasto de energía mayor en algunos casos. Es recomendado utilizarlas en espacios más pequeños.
Gas licuado: al igual que en el caso de la parafina, las estufas a gas son baratas y su consumo de combustible es fácil de controlar, además, poseen un gran poder calorífico. Hay que tener especial cuidado en el buen uso para limitar la contaminación intradomiciliaria como también evitar accidentes porque son más riesgosas en cuanto a quemaduras debido a la llama expuesta. Es recomendado usarlas en lugares con buena ventilación como living y comedor, pero no es aconsejable en dormitorios.
Leña: requiere una mayor inversión en la compra del sistema e instalación. Tiene gran poder calorífico y un bajo costo en el combustible. Sin embargo, son de una combustión menos eficiente, aspecto que dependerá de la calidad de la leña (si es húmeda o no), junto con la necesidad de un buen uso y manipulación, ya que pueden generar mayor contaminación atmosférica. Por esto mismo, se encuentran prohibidas en algunas zonas de Chile.
Pellet: también requiere una mayor inversión en la compra del sistema e instalación, pero el pellet es barato y con un alto poder calorífico. Produce bastante menos emisiones contaminantes al exterior que la leña.
Gas natural: su combustión produce pocas emisiones contaminantes, pero consume el oxígeno de la habitación. Utiliza un combustible más barato que la parafina o el gas licuado, pero requiere estar conectado a la red de gas natural para funcionar. El costo del equipo es alto y, en algunos casos, es necesario instalar nuevas cañerías.
Split calefactor: también conocido como “aire acondicionado inverter o reversible”, ya que puede calefaccionar en invierno y enfriar en verano. Son menos conocido en comparación con los otros sistemas eléctricos; sin embargo, resultan ser la opción más eficiente y económica, ya que si bien requieren una inversión mediana-alta en el equipo y una instalación especial, consumen muchísimo menos energía. Adicionalmente, no producen contaminación intradomiciliaria y tampoco emiten contaminantes al exterior. Este sistema es recomendado en todo tipo de espacios del hogar.