Hoy 4 de febrero, Día Mundial Contra el Cáncer, hablemos de la Vitrificación, como esperanza para la maternidad post-cáncer. Una mujer que atraviesa un cáncer, de cualquier tipo, no sólo debe ganarle a la enfermedad, sino debe enfrentar una serie de daños colaterales, tanto físicos como sicológicos. Si hablamos de mujeres jóvenes que tenían entre sus planes de vida ser madres, el fantasma de la infertilidad post tratamientos oncológicos es una realidad.
“La mejora de los tratamientos oncológicos y la eficacia de los programas de diagnóstico precoz han conseguido que las tasas de curación y supervivencia de algunos cánceres aumenten considerablemente. En IVI Santiago trabajamos por mejorar la autoestima y dar esperanzas a las pacientes con cáncer ofreciéndoles distintas técnicas de reproducción asistida, una vez superada la enfermedad. El incremento de esperanza de vida obliga a dar una mayor importancia a los efectos secundarios de los tratamientos con quimio y radioterapia, y en ese sentido, la función ovárica y el mantenimiento de la fertilidad son dos de los aspectos que más preocupan a los pacientes con cáncer que desean ser madres”, señala el doctor Carlos Troncoso, experto en Reproducción Asistida y director de IVI Santiago.
Consecuencias del cáncer en la fertilidad
El ovario está poblado por un número limitado de folículos que disminuyen a lo largo de la vida por la ovulación, y sobre todo por mecanismos de atresia. La radio y la quimioterapia aceleran la disminución natural del número de folículos e impiden la maduración de estos lo que, unido a la imposibilidad de regeneración del ovario, conduciría al fallo ovárico precoz.
El número de folículos primordiales que sobreviven tras la exposición a un tratamiento anticancerígeno depende de factores como la edad, el tipo de cáncer, el agente utilizado (quimio o radioterapia), la dosis y número de veces expuesto a estos agentes.
Hay que tener presente que no todas las mujeres con cáncer van a perder la capacidad reproductiva, pero que no desaparezca la menstruación, por ejemplo, no es sinónimo de fertilidad. Aunque se recupere la función ovárica, la calidad ovocitaria puede no ser la óptima para conseguir un embarazo.
Los tratamientos enfocados a la preservación de la fertilidad ofrecen la posibilidad de postergar la maternidad a todas aquellas mujeres que tengan cáncer. De hecho, desde los inicios de IVI Santiago, 57 mujeres han preservado su fertilidad por motivos oncológicos, de las cuales nacieron dos bebés. Con respecto a la media de edad de las pacientes que vitrificaron por cáncer, es en torno a los 32 años.
¿En qué casos está indicado? “Especialmente en pacientes con riesgo de pérdida de la función ovárica, es decir, diagnosticadas de cáncer que van a recibir tratamiento con quimio o radioterapia; también en el caso de enfermedades autoinmunes que precisen quimioterapia o trasplantes de médula ósea, o mujeres con riesgo de cirugía ovárica repetida, como la endometriosis”, explica el Dr. Troncoso.
¿A qué se le conoce como Preserva de la Fertilidad? Las técnicas de preservación de la fertilidad ofrecen la posibilidad de postergar la maternidad a todas aquellas mujeres que tengan cáncer. Vale aclarar que también existen una serie de técnicas para lograr este cometido.
IVI Santiago pone en práctica la vitrificación de los óvulos, técnica asociada a la reproducción asistida, donde los óvulos maduros que se consigan luego de una estimulación ovárica sean criopreservados y sumergidos en nitrógeno líquido a una temperatura de -196º C para utilizarlos en el momento que la paciente decida ser madre. Este procedimiento se caracteriza por la ausencia de la formación de cristales de hielo, lo que da pie a que la tasa de supervivencia de los ovocitos sea mayor.
Fuente: Clinica IVI