No es llegar y comprar una estufa. Hay que pensar en el lugar donde se instalará, especialmente considerando la presencia de niños; lo que consumen por hora y los metros cuadrados que calefaccionan son también factores fundamentales a evaluar, al igual que las condiciones de seguridad. Al escoger los artefactos para calentar el hogar, el principal consejo es: optimiza la calefacción
Tomar medidas de seguridad y optimizar la calefacción
“El uso de calefactores o estufas puede provocar quemaduras por contacto, intoxicación química por emanación de gases (monóxido de carbono) e incendios. No es extraño ver cómo los centros de salud reciben a adultos y niños lesionados por este tipo de accidentes, los que, por cierto, pueden ser evitables”, señala el jefe de carrera Técnico en Prevención de Riesgos de la Universidad del Pacífico, Pedro Leal Quezada.
Por lo mismo, el experto indica que es necesario tomar algunas precauciones, teniendo en cuenta el uso masivo de sistemas de calefacción en esta época del año. “Es importante respetar las normas básicas con mantenciones anuales a nuestras estufas, para evitar, por ejemplo, fugas de gases, que pueden ser incluso fatales”, indica.
Tipos de estufas
Dada la variada oferta de artefactos de calefacción que existe en el mercado, Pedro Leal Quezada, comenta los principales riesgos de cada uno y las medidas que hay que tomar para evitarlos.
Estufas a gas licuado. Presentan riesgos de inflamación por rotura de manguera y mala postura del regulador al cilindro del gas. “Para evitar riesgos, utilice flexibles metálicos en reemplazo de mangueras; nunca voltee el cilindro de gas, ya que esto daña el regulador y genera que la presión del cilindro pase directamente al quemador, provocando el apagón de la llama y posterior fuga de gas. Asimismo, cuando cambie el cilindro de gas, utilice una mezcla de agua con jabón líquido para buscar potenciales fugas; esto demora un par de minutos y hace la diferencia en su seguridad”.
Estufas a parafina. Riesgos de intoxicación por emanación de gases tóxicos producto de una mala combustión. “Todas las estufas deben tener una mantención anual antes del invierno. En las estufas de parafina se recomienda cambiar la mecha de quemar y si tiene dispositivos eléctricos, llevarla al centro técnico para una adecuada mantención. Por otro lado, recuerde siempre mantener una buena ventilación de la habitación, considerando que la renovación de aire debe ser a lo menos dos veces por hora. Al encender una estufa a parafina, preste atención a su entorno para evitar que cosas adyacentes puedan quemarse. En caso que la estufa se inflame, no intente apagarla con agua, ya que no dará resultado. Intente con arena. Una buena medida también es colocar tierra en su perímetro, ya que si llega a escurrir parafina ésta quedará este confinada a un área, evitando que se esparrame y, con ello, minimizando el riesgo de incendio”.
Estufas de pellets y leña. Si bien no existe el riesgo de intoxicación, ya que tienen tiro directo al ambiente, sin duda son las que producen más quemaduras por contacto e incendios. “Estas estufas deben ser mantenidas anualmente, tanto en su cámara de combustión como en el ducto de salida. Además, deben contar con protecciones para niños o mascotas, para así evitar contactos accidentales. Estas estufas se incendian por el tiro y su combustión es muy rápida. La persona solo sentirá un ruido subsónico que le llamará la atención. En este caso, deje que se consuma la carga de combustible y, como el riesgo de incendio está dado por el entretecho, verifique que el ducto esté en buenas condiciones y que no esté tomando contacto con elementos estructurales de la casa”.
Estufas eléctricas. Son muy beneficiosas al tener cero polución y no emitir gases, dado que no existe combustión. El principal peligro está dado por la generación de corto circuitos y descuidos con el entorno donde ésta se instala. “El principal riesgo de este electrodoméstico está en la energía que utiliza, es decir, en la energía eléctrica, por lo que la inspección visual pre-uso y las mantenciones anuales son esenciales para mantener un control de los riesgos de estos equipos. Las estufas eléctricas al siniestrarse quemarán su materialidad como las protecciones de los cables y el mayor riesgo de incendio se produce al tomar contacto con otras cosas en su entorno, por ejemplo ropa o juguetes. Los sistemas eléctricos en nuestras casas cuentan con sistemas disyuntores, por lo que la energía eléctrica se cortará y de esa forma la estufa dejará de ser el problema. Recuerde que es el entorno el que se combustionará”.
Calefacción central a gas o con caldera a petróleo. Este tipo de calefacción debe contar con una certificación de instalación por parte de la Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC), por lo que su diseño, instalación y/o mantención debe hacerse por personal acreditado en la SEC. “El principal riesgo que conllevan son el suministro de energía y la localización de éste (gas o petróleo). Por ello, se deben mantener las áreas de acopio libre de materiales combustibles”