Con huellas de dinosaurios, senderos que evidencian la evolución de millones de años y naturaleza indómita, la Cordillera de O’Higginis está llena de sorpresas. Estas y otras riquezas turísticas de la zona fueron reveladas por el estudio “Geoturismo en la Cordillera del Libertador”, que desarrolló la Universidad Central de Chile (UCEN), a través del Instituto del Patrimonio Turístico (IPT), entre 2016 y 2017.
El área que fue motivo de este proyecto se encuentra ubicada a 95 kms de Santiago y a minutos del centro de Rancagua. Está inmersa en Los Andes de O’Higgins, formando parte del gran macizo andino de Chile central, que se extiende desde las cumbres del Volcán Llullaillaco hasta el Golfo de Penas, y junto que con la cordillera metropolitana, marcan el inicio de la zona de actividad volcánica del sur.
Según relata el estudio este es un lugar de senderos, rodeado de fauna y árboles nativos, que dan paso a estratovolcanes como los Picos del Barroso, Palomo o Tinguiririca, desde los que se descuelgan enormes masas de hielo que esculpen la cordillera en su paso, proporcionando agua dulce y nutriendo de vida a los valles andinos, centrales y costeros. Aquí, incluso se destaca la presencia de la segunda masa glaciar más importante de Chile, conformada por los glaciares Universidad, Cortaderal, Palomo Norte y Cipreses.
Para Miguel García, Director del Instituto del Patrimonio Turístico de la UCEN este territorio geológico cordillerano no ha sido “explotado turísticamente y el rescate de la riqueza geopatrimonial forma parte de la estrategia para ponerlo en valor turístico, como también propiciar un desarrollo sustentable, permitiendo visibilizar la ciencia, la educación y el turismo, favoreciendo con ello un desarrollo para sus comunidades y su resguardo ambiental”.
En ese contexto, la coordinadora del proyecto Janet Pérez indica que “en el trabajo abordamos toda una línea científica del patrimonio geológico, pero además desarrollamos un trabajo arduo con los emprendedores locales para poner en valor estos recursos geopatrimoniales, en favor del turismo de la región”. Riqueza patrimonial que los mismos emprendedores, guías turísticos y microempresarios destacan en los recorridos, que son de cultura viva y sobre todo, de una conexión única con la naturaleza, en un entorno ubicado a minutos de la ciudad.
Los circuitos turísticos consideran recorridos desde la precordillera, donde se aprecian depósitos sedimentarios provenientes de volcanes, glaciares y ríos, todo inmerso en un paisaje sobrecogedor que conecta con la naturaleza silvestre. Los visitantes podrán escoger entre 9 rutas: “Siguiendo la huella de los dinosaurios”, “Descubriendo la tierra”, “Arriero por un día”, “Caminando por senderos de bosque nativo”, “Al encuentro de los ancestros en el Valle de Pangal”, entre otras. Hay circuitos por horas y otros que ocupan todo el día; los precios son asequibles e incluyen alimentación e implementos.
Para el Alcalde de la comuna de Machalí, José Miguel Urrutia, esta iniciativa no solo representa una gran oportunidad de crecimiento, sino que además “nos entrega conocimiento e identidad como pueblo. Todas las comunas tienen que potenciarse turísticamente a través de estos proyectos. Estamos participando en las municipalidades de alta montaña y el desarrollo va hacia los cerros dando cuenta que no estamos equivocados”.
De hecho, con el próximo paso fronterizo y la llegada de nuevos turistas argentinos, se activaría aún más la economía de la zona, además de internacionalizar el geoturismo de la región.
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